El Barça descarta jugar en Miami contra el Girona
Dembélé entra en la convocatoria pero Valverde toca música de ultimátum
“¡Ya está el serial Dembélé!”, bromeó Valverde a la primera pregunta sobre el delantero francés. En vísperas del último partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones, el principal tema de conversación entre el entrenador y la prensa no fue el partido contra el Tottenham sino la situación del díscolo delantero francés después del retraso de dos horas con que se presentó al entrenamiento del domingo. El técnico se mostró contrariado: “Ganas un derbi 0-4 y dices ‘vamos a tener un domingo tranquilo’. Esperas un domingo llevadero para todos, no que pase algo”. El problema es que ese algo es recurrente en el comportamiento de Dembélé, aunque Valverde intenta desdramatizar el tema y, sobre todo, lavar la ropa sucia dentro del vestuario.
“Ha ocurrido una circunstancia que intentaremos resolver desde el punto de vista interno y no hay mucho más que decir. No es una situación nueva. Intentaremos ayudar al jugador porque tiene mucho talendelantero to. Ayudarle y nada más”. El discurso de Valverde mantiene la línea de cuando, hace un mes, Dembélé faltó a un entrenamiento sin avisar: es muy bueno y hay que ayudarle a coger el buen camino. Pero aparecen matices que suenan a irritación. “No es una situación nueva”, subrayó el preparador, que emplazó al a respetar los códigos internos: “Tenemos una forma de comportarnos aquí dentro que intentamos que sea igual para todos”. Dio a entender que la estrategia adoptada hasta ahora en el caso Dembélé no ha tenido los efectos deseados. “Intentaremos resolverlo de la mejor manera posible, a ver si somos capaces de acertar”, anunció, y sonó una lejana música de ultimátum cuando aseguró que el francés puede dar mucho al Barça y a cualquier equipo.
En las redacciones se esperaba con intriga la lista de convocados para hoy, difundida cerca de las ocho de la tarde. Hace un mes, Valverde envió a Dembélé a la grada como represalia. Ahora, aparentemente, no hay castigo. El delantero figura en la relación de 19 futbolistas, aunque persiste el suspense: uno de ellos tendrá que ser descartado antes del partido.
Ayer a Dembélé no se le pegaron las sábanas. El entrenamiento fue por la tarde, a las cinco y media. Salió al campo de prácticas en el primer grupo, conversando discretamente con su amigo y compatriota Clément Lenglet. Minutos antes, en la sala de prensa, el defensa había emplazado a fijarse en el rendimiento deportivo y descartar lo demás: “Hemos hablado sobre cosas extradeportivas, pero cuando Ousmane ha jugado lo ha hecho muy bien y ha hecho un buen trabajo para el equipo y para él, y eso es lo que me interesa de momento”.
Total, que Dembélé tanto puede ser titular, como suplente o descarte. Con el primer puesto del grupo asegurado, Valverde tiene margen de maniobra. Anunció, en este sentido, que Luis Suárez no jugará de inicio para preservarle, pero no quiso adelantar sus intenciones con Messi. El técnico aludió de pasada a las similitudes con el último partido de la liguilla de la anterior temporada, en el Camp Nou contra el Sporting de Lisboa y con el Barça ya proclamado campeón del grupo. Entonces, siete suplentes habituales formaron parte de la alineación y Messi, reserva, entró en el 61.
De acuerdo con este precedente, las rotaciones marcarán el once de hoy, empezando por la portería y siguiendo por la defensa, donde Lenglet podría figurar como central derecho acompañado por Vermaelen y el filial Miranda, conceder un descanso a Jordi Alba. Arturo Vidal oficiaría de pivote, con Aleñá y Arthur –que reaparecería– en los interiores. Coutinho, a quien Valverde exime de su bajo rendimiento, puede volver a la titularidad en la ofensiva.
El Tottenham se juega la vida en el Camp Nou. Necesita, como mínimo, los mismos puntos que consiga el Inter contra el PSV. Para el Barça es una cuestión de prestigio mantener la imbatibilidad en la Champions. Y también de dinero: ahora la victoria se paga a 2,7 millones.