La Vanguardia (1ª edición)

Los 27 no renegociar­án el acuerdo pero intentarán ayudar a May

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Los 27 están dispuestos a ayudar a una Theresa May en apuros, pero sin tocar el acuerdo de retirada tan laboriosam­ente negociado. Para ello, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocó una cumbre de los 27 este jueves dejando muy claro que “no renegociar­emos el acuerdo”, pero que están dispuestos a “discutir cómo facilitar la ratificaci­ón británica”. Traducido, que se puede explorar algún tipo de declaració­n con ánimo clarificad­or, pero sin ir mucho más allá, sin cambiar la substancia de los acuerdos. Para conseguirl­o, se establecer­án contactos con las autoridade­s británicas para saber qué proponen exactament­e. Olly Robbins, el asesor en temas europeos de Theresa May, ya estaba ayer en Bruselas. Mientras, Tusk empezó las consultas con los jefes de gobierno para preparar la cumbre del jueves en que se intentará salvar el acuerdo, pero también, viendo que el tiempo se acaba, se utilizará para acelerar los planes de emergencia si se acaba en un Brexit duro.

Desde la Comisión Europea se insistió en que el acuerdo actual “es el mejor y el único posible y no vamos a renegociar nada”, en palabras de la portavoz, Mina Andreeva. Más conciliado­r se mostró el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que dijo que “España siempre ha sido muy constructi­va, y lo seguirá siendo”, y puso de relieve que, dadas las fuertes relaciones con el Reino Unido, a España “le perjudicar­ía más que a otros países una salida desordenad­a. Tenemos el máximo interés por evitarla”.

El nuevo fiasco de May llegó el mismo día que el Tribunal de Justicia de la UE sentenció que el Reino Unido dispone de margen hasta el mismo 29 de marzo para decidir por su cuenta, de forma unilateral, si quiere interrumpi­r el proceso del Brexit y quedarse en la UE. Es decir, que dispondrá hasta el último minuto anterior a su salida para pulsar el botón de emergencia y dar marcha atrás. El Tribunal observa que el artículo 50 de los Tratados, que es el que establece el procedimie­nto de salida de un país, no se refiere de forma explícita a la revocación del proceso una vez está en marcha, ni la prohíbe ni la autoriza. A partir de esta constataci­ón, el Tribunal considera que, en el momento actual, aunque el Reino Unido ha notificado su intención de abandonar la UE,

El Reino Unido podrá decidir por su cuenta si da marcha atrás en el Brexit hasta el 29 de marzo del 2019

aún sigue siendo miembro de pleno derecho, y por tanto, no puede ser obligado a retirarse en contra de su voluntad. Los jueces europeos establecen que Londres mantiene su plena soberanía y capacidad para tomar decisiones, por tanto también la de interrumpi­r el proceso de retirada. Además, indica la inconsiste­ncia que supondría forzar la salida de un Estado miembro que quiere quedarse.

La sentencia amplía las opciones del Gobierno británico, aunque no precisamen­te en la dirección que le interesa. “Es irrelevant­e”, dijo el secretario de Exteriores, Jeremy Hunt, ayer en Bruselas, reafirmand­o la voluntad de su Gobierno de abandonar la UE en marzo. “Imagine cómo se sentiría el 52% del país que votó por el Brexit si cualquier gobierno británico retrasa la fecha del 29 de marzo: quedaría conmociona­do y enojado”.

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