La Vanguardia (1ª edición)

China censura a Canadá por el trato “inhumano” a la ejecutiva de Huawei

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

“Inhumano” y una “violación de sus derechos humanos”. Con esta crudeza definió ayer Pekín el trato que está recibiendo la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, a manos de las autoridade­s de Canadá, donde fue arrestada la semana pasada por petición de Washington bajo la sospecha de que cometió fraude para violar las sanciones que Estados Unidos mantiene sobre Irán. No hay duda de que esta detención ha enervado a China, que no pierde ocasión de mostrar su enfado. El sábado, las autoridade­s comunistas convocaron al embajador canadiense en Pekín para expresar la “enérgica condena” a una acción que consideran políticame­nte motivada. El domingo hicieron lo propio con el representa­nte de EE.UU., al que acusaron de violar “los derechos legítimos y los intereses de ciudadanos chinos” y le exigieron “rectificar esas malas prácticas y levantar la orden de arresto contra esta ciudadana china”.

Este lunes, China volvió a la carga contra Canadá. Según el diario Global Times, portavoz de las voces más nacionalis­tas del Partido Comunista chino, “el centro de detención canadiense no le ofrece (a Meng) los cuidados de salud necesarios”. “Creemos que es inhumano y viola sus derechos humanos”, declaró al respecto el portavoz del Ministerio de Exteriores, Lu Kan, horas antes de reanudarse la vista judicial que decidirá su eventual puesta en libertad condiciona­l.

Durante el fin de semana, Meng, de 46 años, explicó que sufre de hipertensi­ón grave desde hace años e indicó que, desde su arresto el pasado 1 de diciembre, ha tenido que ser internada varias veces. “Sigo sin sentirme bien y temo que mi salud se deteriore durante mi encarcelam­iento”, aseguró en una declaració­n jurada de 55 páginas en las que justifica su demanda de puesta en libertad. El viernes, la Fiscalía canadiense se opuso a ello por considerar posible que escape a China para evitar ser extraditad­a a EE.UU. –donde se enfrenta a cargos susceptibl­es de hasta 30 años de cárcel–, algo que ella niega citando sus estrechos lazos con Canadá y las múltiples propiedade­s que posee allí.

Pese al malestar político y social que ha generado esta situación, China sigue haciendo equilibrio­s para que el asunto no afecte a las negociacio­nes que mantiene con Washington para evitar antes del 1 de abril una nueva escalada en la guerra comercial que ambos mantienen. Al otro lado del Pacífico, mantienen una postura similar. “El arresto de Meng no debería tener un gran impacto en las conversaci­ones”, dijo el representa­nte estadounid­ense de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, aunque reconoció que la parte china podría no verlo del todo así. “Para nosotros, no está relacionad­o con asuntos de política comercial. Es justicia criminal”.

Pekín y Washington intentan que el caso no arruine las conversaci­ones sobre la tregua comercial

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