Un 5% más de menores que fuman
Los expertos en tabaquismo, agrupados en el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), llevan meses advirtiendo de que la ley en defensa de los no fumadores está perdiendo fuelle, especialmente entre los menores. En su opinión, la industria tabaquera ha puesto los ojos en ellos para “garantizarse clientes futuros” poniendo en el mercado productos más económicos (tabaco de liar) y otros dispositivos, como los cigarrillos electrónicos, que son “la puerta de entrada a la adicción”. Y los datos les dan la razón.
Según los resultado de la última encuesta Edades, la cifra de menores que reconocen haber fumado en el último año ha pasado del 20,6% en el 2015 al 25,4% en el 2017. Unos datos que la ministra de Sanidad, Luisa Carcedo, calificó de preocupantes y que obligan a su departamento a tomar medidas. ¿Cuáles? Carcedo no tiene nada decidido aún, más allá de aumentar los controles para que se cumpla la norma antitabaco que, con los años, se ha vuelto más laxa (por ejemplo, se fuma en muchas terrazas techadas). En cuanto a los menores, anunció una campaña de concienciación sobre los perjuicios del tabaco y se mostró a favor de ampliar los espacios libres de humo, aunque sin concretar cuáles serían (se baraja, no permitir fumar en los vehículos privados cuando viajan niños o los estadios de fútbol).
No dijo nada, sin embargo, sobre la petición de los expertos de incrementar el precio no sólo de las cajetillas de tabaco, sino también del de liar. Porque, como indican desde la CNPT, esta es la medida más efectiva para evitar que los menores, siempre con una economía muy limitada, desistan de coger un cigarrillo o hacerlo solo de manera eventual. Carcedo se puso en manos de Europa y de las decisiones que allí se tomen para avanzar en la lucha contra el tabaquismo, como por ejemplo, equiparar el tabaco con los cigarrillos electrónicos (casi el 9% de los encuestados lo ha usado).
En cuanto a la población adulta, también se aprecia un incremento del consumo del tabaco (el 34% fuma diariamente, 3,6 puntos más que en el 2011). Aunque, según Carcedo, es positivo que dos de cada tres se hayan planteado dejar de fumar.