Alberto Fernández no repetirá por quinta vez como alcaldable
El concejal con más experiencia anuncia su retirada y abre la puerta al empresario Josep Bou
Alberto Fernández no prolongará su dilatada carrera en el Ayuntamiento de Barcelona. Han sido 27 años en total –con un paréntesis de cuatro en los que asumió las riendas del grupo popular en el Parlament– lo que le convierte en el más veterano de los ediles en activo en el Consistorio barcelonés. Ahora, de mutuo acuerdo con su partido, ha decidido que cuando acabe el presente mandato pondrá fin a esta larga etapa. El próximo domingo, el presidente del PP, Pablo Casado, estará en Barcelona para proclamar a su sustituto, que según todas las fuentes consultadas será un independiente, Josep Bou, presidente de la entidad de marcado signo antiindependentista Empresaris de Catalunya. Antes, los populares, que estos días están designando sus alcaldables, reunirán su comité electoral para
Pablo Casado estará el domingo en Barcelona para proclamar al candidato del 2019
dar el visto bueno al candidato.
Fernández anunció ayer su adiós a la política municipal a pie de calle, en una plaza Sant Jaume ocupada por una manifestación de funcionarios públicos, otra de ciudadanos guineanos contrarios al régimen del presidente Obiang y el “bodrio pesebre” (en palabras del propio presidente del grupo popución lar). En los meses que quedan hasta las elecciones seguirá pateándose esos 73 barrios de la ciudad que conoce al dedillo y azotando al gobierno municipal y a las fuerzas soberanistas con sus propuestas y frases antológicas. Este mandato, el 70% de las iniciativas presentadas por los grupos de la oposición a la alcaldesa Ada Colau llevan el sello del PP, pero a Alberto Fernández ese porcentaje le parece todavía poco y aspira a incrementarlo en el tiempo que le queda en la Casa Gran.
El dirigente del PP llevaba meses esperando a que en la calle Génova de Madrid tomaran una decisión sobre cómo y con qué candidato afrontar las elecciones del 2019. Estaba previsto que la convención municipal de Sevilla del pasado abril fuera el escenario para la designación de los cabezas de lista en las grandes ciudades, pero el caso Cifuentes arrasó esa posibilidad. Después llegaría la mo- de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa y la recomposición del partido, con la elección de Pablo Casado como presidente y la celebración del congreso del PP catalán, que hace un mes otorgó a Alejandro Fernández el liderazgo que hasta ese momento ejerció Xavier García Albiol. Ante la inacción de las cúpulas del partido, la anterior y la actual, Alberto Fernández diseñó incluso un plan de acción que ha permitido que la formación conservadora no desapareciera de la vida política y social de la ciudad por incomparecencia. Todo ello a pesar de que, desde hace meses, daba por hecho que su época en el Ayuntamiento de la capital catalana toca- ba a su fin y no repetiría como cabeza de lista por quinta vez.
Ayer, en la primera estación de una despedida que tendrá muchas etapas, el incansable hombre del PP en Barcelona recordó su trayectoria en el Ayuntamiento. Se mostró orgulloso de haber puesto los intereses de la ciudad por delante de los partidistas en muchas ocasiones, siempre desde posiciones que definió de “centroderecha”. En este sentido destacó los apoyos que prestó a Pasqual Maragall cuando a este le fallaban los votos de sus socios de Iniciativa para sacar adelante las transformaciones de la época olímpica (plan de hoteles, rondas), su participación en la solución que permitió acabar con las disputas políticas que amenazaban el futuro de la Fira o el pacto con el alcalde convergente Xavier Trias que desbloqueó importantes inversiones en los barrios y en el conjunto de la ciudad.
El presidente del grupo popular hace gala de los pactos de ciudad que propició en su carrera