El mayor cráter del sistema solar.
La Chang’e 4 estudiará uno de los cráteres más grandes del sistema solar
La nave china Chang’e 4 se situó en la superficie de la cara oculta de la Luna, algo que no había logrado ninguna agencia espacial.
China logró ayer situar su nave Chang’e 4 en la superficie de la cara oculta de la Luna, algo que hasta ahora no había logrado ninguna agencia espacial. El hito “ha abierto un nuevo capítulo en la exploración humana de la Luna”, anunció ayer en un comunicado la Administración Espacial Nacional de China, y demuestra la potencia del gigante asiático en la exploración del espacio.
Aunque la cara oculta ya se había explorado desde la órbita lunar –la primera misión que lo hizo fue la soviética Luna 3 en 1959–, ninguna nave había logrado posarse en su superficie. Ya que la Luna actúa como un escudo que bloquea las señales de radio, la nave Chang’e 4 no puede comunicarse directamente con la Tierra. Por ello, tiene que usar como intermediario el satélite Queqiao, que China había situado previamente a 65.000 kilómetros de la Luna.
Chang’e 4 aterrizó ayer a las 10.26, hora de Pekín (3.26 hora peninsular) en el cráter Von Kármán, cerca del polo sur lunar, según anunció la Administración Espacial Nacional de China. A las 11.40 (4.40 hora peninsular) tomó la primera fotografía de su entorno y la envió a la Tierra a través de Quenqiao.
La misión consta de una sonda estática y un todoterreno, que comenzará a desplazarse por el cráter Von Kármán en los próximos días. Chang’e 4 está equipada con detectores de radiación, instrumentos de radar, espectrómetros de infrarrojos y cámaras. En el desarrollo de algunos de sus instrumentos han colaborado otros países como Suecia, Alemania, Países Bajos y Arabia Saudí.
El objetivo de la misión es estudiar la cuenca Atkin, uno de los cráteres de impacto más grandes del sistema solar. Mide 2.500 kilómetros de diámetro y 12 de profundidad y se sitúa en su mayor parte en la cara oculta, muy cerca del polo sur. Se cree que lo generó la colisión de un objeto de 200 kilómetros de diámetro que pudo exponer las capas internas del satélite en la superficie. Chang’e 4 recabará información para tratar de esclarecer la composición de la cuenca, que podría dar nuevas pistas sobre el pasado remoto de la Luna.
Además, valiéndose del escudo frente a la radiación terrestre que constituye la propia Luna, la nave realizará observaciones de radioastronomía inviables desde otros lugares. Observará el Sol, los planetas del sistema solar y estrellas y nebulosas de otros sistemas para estudiar sus orígenes.
La sonda también lleva a bordo varias especies de plantas y animales para estudiar si pueden desarrollarse y formar un pequeño ecosistema cerrado bajo la influencia de la gravedad lunar.
Chang’e 4, bautizada en honor a la diosa china de la Luna, es la cuarta misión que la potencia asiática envía a la Luna. Las primeras fueron las Chang’e 1 y 2, lanzadas en el 2007 y el 2010, que se situaron en órbita en torno al satélite. La tercera, Chang’e 3, prácticamente idéntica a Chang’e 4, convirtió a China en el 2013 en el tercer estado en lograr un alunizaje, después de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética
En mayo del 2018 despegó la primera parte de la misión Chang’e 4, el satélite Queqiao –que se traduce como puente de las urracas y es otro elemento de la mitología china–. La sonda, que alunizó ayer, había despegado el 8 de diciembre.
La próxima misión china a la Luna, Chang’e 5, está planeada para este año. Se prevé que se pose en el Oceanus Procellarum, una de las regiones más jóvenes de la superficie lunar, que no ha sido explorada nunca. Su objetivo será traer a la Tierra muestras de rocas lunares, algo que ya han hecho con anterioridad otras misiones. Los científicos esperan responder a muchas preguntas con estas expediciones.
La misión consta de una sonda estática y de un todoterreno que se desplazará por la cuenca Atkin