Tensión en el Gobierno italiano por el desafío de Di Maio a acoger migrantes
El Gobierno italiano está nuevamente dividido por la cuestión migratoria. El vicepresidente del Gobierno, el líder del movimiento antisistema Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, anunció ayer por las redes sociales que Italia está dispuesta a acoger a mujeres y niños migrantes de los barcos de oenegés que se encuentran ahora deambulando por el Mediterráneo. En una publicación en Facebook pidió a Malta que permitiera el desembarco de 49 migrantes y avanzó que Italia acogería a las mujeres y niños. “Estamos preparados una vez más para dar como siempre una lección de humanidad a toda Europa”, dijo. Di Maio también avanzó su intención de ponerse en contacto “con todos los jefes de Estado europeos” para “obligarles a respetar las cuotas (de reparto de inmigrantes) previstas para cada país” de la Unión Europea. Pero minutos después, este anuncio fue contradicho por el flamante ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini. “¿Debe acoger una vez más Italia? ¿Nuestra Italia que ha acogido a casi un millón de personas en los últimos años? ¿Nuestra Italia donde más de un millón de niños viven en pobreza absoluta?”, reprochó.
Esta tensión en el Ejecutivo se suma a la revuelta esta semana de varios alcaldes italianos contra Salvini. Capitaneados por el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, se han negado a acatar sus normas antiinmigración, que niegan la entrada a Italia a migrantes ilegales.
“El comportamiento de los gobernantes se parece al de los traficantes de seres humanos, porque se lucran con esta gente, haciendo creer a las personas que la infelicidad de los países occidentales se debe a la gente y a los niños que mueren en mitad del mar”, lamentó el pasado jueves De Magistris. El alcalde había ofrecido su puerto a la nave alemana del Sea Watch 3 que cargaba con cientos de migrantes pero de inmediato, recibió una respuesta negativa del ultraderechista Salvini.“Los puertos italianos están cerrados, hemos acogido ya a demasiados falsos prófugos”. El barco entró en aguas maltesas pese a no tener permiso de desembarco.
Las duras declaraciones del ministro no incomodaron a otros alcaldes. En Sicilia, el primer edil de Palermo (la capital de la isla) dijo que suspendería la aplicación del llamado “decreto de seguridad” de Salvini. Leoluca Orlando, del Partido Demócrata (centro izquierda, en la oposición), anunció el jueves que no cumplirá dicha ley pero Salvini le respondió de igual modo que con el alcalde de Nápoles. Incluso llegó a amenazarle con su destitución y la del resto de alcaldes díscolos del Partido Demócrata.