Mis deseos para el 2019
El tiempo es inexorable y avanza siempre, para los que ya no están, para los que sí estamos e incluso para los que han de venir. ¿Qué cabe desear para el 2019? Seguramente, con una mirada crítica hacia nuestra persona, desear que los avances tecnológicos y sociales estén al servicio de toda la sociedad y no, como hasta ahora, con grandes desigualdades según el lugar de nacimiento.
Todos, seguramente, queremos que las personas no sufran violencia, hambre, guerras e injusticias, y claro, de aquí la rutina de pedir uno o varios deseos al comenzar un nuevo año. Claro que sí y así debe ser. Me pregunto muchas veces si, además de desear lo mejor para el prójimo, cumplo con mis capacidades económicas y de tiempo para con los demás. No estoy satisfecho del todo, podría y debería hacer más. El deseo es previo, pero la acción es la resultante del deseo.
Exijamos, en la medida de nuestras posibilidades, que nuestros gobernantes sean honestos, competentes y solidarios, para construir una sociedad del bienestar, que hemos ido perdiendo y que mostró su cara más justa en las primeras décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Seamos exigentes con nuestros políticos, debemos sentirnos indignados con las políticas que priman el individualismo por encima del grupo social al que pertenecemos.
Avanzamos, pero tenemos mucho terreno por recorrer, y la vida, la nuestra, es un instante frente a lo universal; por tanto, mi deseo es que actuemos de acuerdo con los valores tradiciones expresados en la declaración de las Naciones Unidas.
JOSEP MARTÍN COLL Suscriptor
Sant Cugat del Vallès