Colau saca el tranvía del cajón para olvidar un duro barómetro
La oposición fuerza un pleno extraordinario para reprobar la gestión en materia de seguridad
Cuando ya parecía un proyecto enterrado a la espera de una nueva oportunidad si la configuración resultante de las próximas elecciones municipales era favorable, el gobierno de Ada Colau ha decidido sacar del cajón la unión del tranvía por la Diagonal.
El barómetro municipal presentado el jueves supone un importante toque de atención para la alcaldesa y su equipo. Entre todos los indicadores negativos que deja la encuesta, los comunes han encontrado un rayo de esperanza en el 62,9% de ciudadanos favorable a las obras de conexión del Trambaix y el Trambesòs que la oposición tumbó el año pasado. Es más, entre los votantes de Esquerra, ese porcentaje sube hasta el 69,3% y los de la CUP se muestran favorables en un 89,6%.
Con esos porcentajes en la mano, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, quiso lanzar ayer un mensaje de presión a los partidos de la oposición para que cambien de posición y apoyen lo que sus votantes ven con buenos ojos según los resultados de la encuesta municipal.
Para intentar ese cambio de parecer entre una oposición que ya está inmersa en la dinámica preelectoral, el gobierno volverá a llevar el tranvía al pleno municipal de finales del mes de enero. “Se abre una oportunidad para volver a plantear la cuestión”, considera la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, convencida de que uno de los proyectos estrella del mandato “tarde o temprano acabará saliendo adelante”. Pese a ello, Sanz no desveló si a la sesión plenaria volverán a llevar el protocolo de colaboración con la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), que la mayoría de la oposición ya votó en contra el pasado mes de abril, o simplemente se conformarían con un acuerdo político que actúe como una declaración de intenciones a cuatro meses vista de la cita con las urnas. Únicamente la aprobación del protocolo daría pasos firmes para la prolongación del Trambesòs desde Glòries hasta Verdaguer como primera actuación de la conexión posterior hasta Francesc Macià. El ahora coordinador de Rodalies de Catalunya, Pere Macias, dejó todo el trabajo técnico preparado para poder empezar las obras rápidamente una vez se haya conseguido el necesario acuerdo político.
La presión de BComú va orientada especialmente a ERC. Sumando sus votos a los del PSC, que ya votó a favor en abril, sería posible sacar adelante la propuesta del gobierno municipal, pero los republicanos no están dispuestos a dar esa victoria moral a la alcaldesa a estas alturas del partido. El alcaldable de ERC, Ernest Maragall, respondió a Sanz que está “a favor de la conexión del tranvía, pero no a golpe de rueda de prensa”. El candidato republicano criticó la “precipitación y frivolidad” de la oferta, que busca volver a intentar que salga adelante una votación que, en su momento, sólo consiguió el voto favorable de los propios comunes, el PSC y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy, encargado de presidir la comisión de debate sobre la unión del tranvía y desde entonces convertido en un defensor convencido del proyecto. También parece haberse sumado a la causa el otro concejal no adscrito, Juanjo Puigcorbé, que cambiaría así el sentido de su voto respecto a cuando era concejal de ERC.
La posibilidad de que hagan lo mismo sus excompañeros de partido, en cambio, es remota. Y la del resto de la oposición se podría decir que prácticamente imposible. El presidente del PDECat, Xavier Trias, calificó la propuesta de “cortina de humo para tapar desesperadamente el fracaso de su gestión”, y Carina Mejías (Ciutadans) habló de “clara estrategia electoralista”.
Incluso el PSC, que votó a favor de la conexión del tranvía, criticó
El gobierno municipal presiona a ERC para que cambie de opinión y apoye la conexión de las dos líneas