Bar Torpedo, buenos bocadillos y picoteo en el nuevo local de Rafa Peña
Desde que hace unos días abrió sus puertas el Bar Torpedo (Aribau, 143), por las noches es frecuente encontrar en sus mesas a cocineros de la ciudad intentando no mancharse mientras muerden con gusto alguno de los jugosos bocadillos de la minúscula carta. No es extraño el éxito de un local que está pensado por un cocinero de la talla de Rafa Peña, sin otro propósito que abrir el bar al que a él mismo le gustaría ir a tomarse un bocata al salir de trabajar de su restaurante Gresca y su exitoso bar de vinos.
La idea la ha puesto en marcha junto a Juanlu López, reconocido gastrónomo y doctorado en informática al que estos días encontrarán sirviendo bocadillos, croquetas de marisco y de cocido, o buenos vinos naturales por copas. El tercer socio es Biel Gavaldà, con quien Peña tiene un negocio de catering.
No esperen refinamientos: el local, pintado de verde y decorado con un futbolín (hemos dicho decorado: no se puede usar), sirve las preparaciones en cajitas de cartón. Después de los entrantes (croquetas, patatas fritas, bravas, lechuga, parmesano y frutos secos o el Kentucky Fried Guatlla), es imprescin-
dible probar la hamburguesa, impecable (de vaca de seis meses de maduración comprada a Lyo).
No le preguntarán el punto de cocción: la servirán al punto que considera Peña, hecha pero sin pasarse. Muy buenos también el de panceta terayaki, el de albóndigas, tomate, mozzarella y albahaca y el soft shell crab.
Para los amantes del dulce (pero muy dulce) sirven la crak pie con la receta de Christina Tosi del neoyorquino Milk Bar. Una interesante selección de vinos naturales, al gusto de Peña y sus socios. Abre sólo tardes y noches.