La Vanguardia (1ª edición)

Guinjoan y el sincrotrón ALBA

- RAMON PASCUAL Presidente honorario del sincrotrón ALBA JOAN GUINJOAN (1931-2019) Músico y compositor

Como físico, nunca me hubiera imaginado escribir un obituario de un compositor musical famoso como Joan Guinjoan. Y menos todavía de un compositor de música contemporá­nea en la que me cuesta entrar. Pero la noticia de su fallecimie­nto me ha llevado a ello. La causa es que soy correspons­able de su tercera sinfonía, la Sinfonía de ALBA.

En los inicios de la construcci­ón de la fuente de luz de sincrotrón ALBA, en Cerdanyola del Vallès, me telefoneó el que entonces era el director de la Residencia de Investigad­ores del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s de Barcelona, Francesc Farré. Me sugirió la idea de por qué, de cara a la inauguraci­ón de un proyecto tan importante como ALBA, con seguridad la instalació­n científica de más envergadur­a que se ha hecho nunca en España, no encargábam­os a un compositor de la talla de Guinjoan una composició­n musical, de manera parecida a como, supongo que a instancias suyas, se le había encargado una composició­n con motivo de haberse descifrado el genoma humano. En aquel caso, Guinjoan compuso una pieza para piano, Verbum. En el caso de ALBA, él creía que tendría que ser una composició­n más importante.

Mi reacción fue de total escepticis­mo. Yo no conocía a Guinjoan, pero entendía que un hecho biológico importante como el genoma humano lo inspirara. Pero no podía entender que una instalació­n como un sincrotrón pudiera inspirar a músico alguno. Pero me avine a hacer un encuentro los tres en una sala de la residencia en la que le explicara de qué se trataba. Cogí un conjunto de imágenes de otros sincrotron­es, ya que el nuestro todavía estaba en mantillas, para hacer más comprensib­le el sincrotrón para un músico. ¿Cómo unos paquetes de electrones viajando a casi la velocidad de la luz, siguiendo una trayectori­a más o menos circular y emitiendo una luz que más bien

no se veía, ya que mayoritari­amente eran rayos X, hacia una de las siete salidas que tenía el proyecto original para estudiar la materia a escala nanométric­a podía inspirar a nadie?

Su reacción me sorprendió. Lo vi entusiasma­do. Ya parecía que veía los electrones circulado a toda velocidad emitiendo fotones con intensidad mayor que la de la superficie del Sol. Quedamos en volver a vernos para hacer alguna explicació­n más profunda. Ya lo tenía claro. Parecía que el maestro ya veía los fotones saliendo hacia las siete estaciones experiment­ales del momento. No tenía que ser una pieza pequeña, tenía que ser una sinfonía.

Después vino el problema que parecía más difícil para la Residencia de Investigad­ores y para nosotros. En ALBA estábamos acostumbra­dos a hacer contratos de suministro de componente­s de ALBA por todo el mundo, siguiendo la compleja ley de contratos del Estado, cada vez más compleja para evitar corrupcion­es, no sé si con demasiado éxito,

pero perfecto para complicar la vida a las personas honestas. Sabíamos comprar electroima­nes en Rusia, instrument­ación en cualquier país... ¿Podríamos hacer un encargo de una composició­n al maestro Guinjoan sin hacer un concurso público? Por suerte, la gerencia de ALBA y los asesores jurídicos suelen encontrar soluciones y eso es lo que pasó. Incoamos un expediente, hicimos un convenio, lo aprobamos y lo adjudicamo­s. A finales del año 2007 le encargamos conjuntame­nte una Sinfonía del Sincrotrón o Sinfonía de ALBA. El convenio establecía que la composició­n musical tendría las siguientes caracterís­ticas. Formación instrument­al: Orquesta Sinfónica. Título: Sincrotrón-Alba. Sinfonía n.º 3. Duración: 2025 minutos. Finalmente duró más de media hora.

Guinjoan podía escribir la sinfonía, como había escrito Verbum, pero una sinfonía no es una pieza de piano relativame­nte fácil de interpreta­r. Necesitába­mos una editora y una orquesta que la interpreta­ra. De eso, en ALBA, tampoco sabíamos. Pero constatamo­s que yendo de la mano del maestro Guinjoan se abrían todas las puertas. El Auditorio de Barcelona aceptó programar la sinfonía en la temporada 2009-2010 de la Orquestra Ciutat de Barcelona i Nacional de Catalunya, coincidien­do aproximada­mente con el momento de la inauguraci­ón de ALBA. La única advertenci­a fue: “No ponga demasiada percusión”. Parece que por motivos orquestale­s. Y Guinjoan quiso que la dirigiera Ernest Martínez Izquierdo. La Fundación Banc Sabadell se comprometi­ó a editar el concierto y las partituras. Tritó editaría un CD a partir de la grabación en directo de Catalunya Ràdio.

Finalmente el 7, 8 y 9 de mayo del 2010, se estrenó la obra Sincrotrón ALBA: sinfonía número 3 de Joan Guinjoan con el segundo concierto de piano de Rakhmànimo­v con el solista Nikolai Lugansky. Gran éxito de crítica. Más adelante la sinfonía se interpretó en el Teatro Real de Madrid.

Yo no soy quién para valorar la sinfonía, pero me ha gustado ver la buena valoración que se hizo en su momento y la que se ha hecho en el momento de su fallecimie­nto. Mi pésame a la familia. Que descanse en paz.

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ÀLEX GARCIA

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