El Girona se deja empatar
El conjunto de Montilivi desaprovechó dos ventajas y la expulsión de un rival
Demasiado irregular, el Girona combinó grandes aciertos con enormes fragilidades, mereció perder, pudo ganar y acabó empatando en la montaña rusa del Ciutat de València. El equipo de Eusebio estaba contra las cuerdas cuando en el minuto 69 adquirió superioridad numérica por la expulsión de Postigo y acto seguido Aleix García marcó el gol que le concedía una ventaja 1-2. En un instante pasó del agobio a la superioridad más absoluta, pero no supo prolongar el momento de felicidad y uno de sus múltiples errores defensivos, en el 86, le costó el empate. Una igualada, por otra parte, más que justa, teniendo en cuenta que Bounou realizó tres intervenciones de mérito que mantuvieron con vida a los de Montilivi.
El inspirado portero marroquí comenzó a decidir en el minuto 6, cuando rechazó mediante un vuelo rasante un remate venenoso de Morales. Aunque el Girona empezó con ambición, pronto se activó el Levante y aplicó su autoridad. Pero los visitantes tuvieron el acierto y la perspicacia y transformaron en gol su único remate a portería en la primera parte. Un gol de equipo pillo. Una falta perpendicular de Granell en parábola cogió al rival completamente desprevenido y Portu remató acrobáticamente por encima de Oier. En el tramo decisivo del partido el Girona careció de la astucia que aplicó en esta jugada.
Aunque el Levante apretó el acelerador hasta el intermedio, el Girona pudo neutralizar sus iniciativas, cosa que no supo hacer en el comienzo de la segunda parte, cuando registró una alarmante fuga de competitividad y concentración. Bono tuvo que desbaratar otro buen intento de Morales, Jason no marcó de milagro al recoger un rechace de Juanpe y, de nuevo, el meta marroquí sacó con el pie un uno contra uno ante Toño.
Era cuestión de tiempo que el Levante penalizara las continuas pérdidas gerundenses en la zona de construcción que terminaban en contragolpes frente a un sistema defensivo desarbolado. Precisamente en un robo en el centro del campo se originó el gol del empate local. El esférico llegó a la banda izquierda a pies de Morales, que recortó a Ramalho y disparó seco a la base del primer palo. Comenzaba una pesadilla para un Girona oprimido que hubiera firmado el empate con sangre hasta que surgió un golpe de teatro. Postigo derribó a Stuani cuando se internaba en el área y Undiano expulsó al defensa granota. Para más inri, Aleix García transformó la falta en gol –fuerte, al palo del portero– y el Girona pasó de las tinieblas a la luz. Pero a pesar de la inferioridad el Levante no se entregó, Paco López movió el banquillo con cambios ofensivos y en el 86 Coke firmaba un empate tan justo en general como regalado por el Girona en su mejor momento. La fiesta de comienzo de año se transformó en un empate agridulce y en el cuarto partido sin victoria de Eusebio.