EN PRIMERA PERSONA
Se inicia un 2019 dejando atrás decenas de testimonios inéditos y ejemplares que han poblado estas páginas durante los doce meses del año pasado. Aquí los recordamos.
El inicio de año es buen momento para recordar decenas de testimonios inéditos y ejemplares.
La sección de Tendencias se teje a diario gracias a las voces de todo tipo de expertos y profesionales. Médicos, maestros, científicos, psicólogos, ingenieros, filósofos, nutricionistas, políticos y otros especialistas han pasado por estas páginas analizando o enriqueciendo los textos publicados. Al final del año, sumadas, son centenares las conversaciones mantenidas por los periodistas de la sección. Pero no todas son iguales. Algunas requieren un tiempo y una escucha especial. Se trata de testimonios que descubren puntos de vista distintos o revelan la capacidad del ser humano de llegar más lejos o sobreponerse a la adversidad. Se han dado en llamar “historias humanas”.
El 2018 ha sido pródigo en estas historias. Muchos testimonios reflejan la cara más oscura del presente: violencia de género, abusos sexuales, adicción al juego, anorexia, acoso escolar. El bullying llevó a a autolesio- narse cuando tenía 11 años. Se cortaba en brazos, muslos, barriga para controlar la ansiedad y poder dormir. Ahora, con 18, cuenta su manera de frenar esos impulsos. El hospital Clínic observa alarmado cómo crece este fenómeno entre las adolescentes: hoy, una de cada tres se corta. (Ana Macpherson, 7/X).
En un año en el que ha vuelto a azotar la violencia de género, con 47 asesinadas a manos de sus parejas y una más esta primera semana, se ha dado voz a diversas víctimas pero también a un marido agresor. Manuel Martínez, harto de las quejas de tres mujeres con las que estuvo aparejado –y las de las suegras–, fue a los servicios sociales para callarles la boca con la convicción de que su actitud no era agresiva, que lo que sucedía en sus sucesivos ho- gares eran cuestiones de convivencia. Lejos de salir reforzado en su creencia descubrió su propia condición. Era un maltratador psicológico. Ahora está en fase de rehabilitación y lo cuenta por si su ejemplo da luz a otros hombres incrédulos como él o a mujeres, para que pidan ayuda (Cristina Sen, 21/IX).
Y hay otras historias que también brillan con luz propia. Celeste López entrevistó a un samaritano moderno. Un conductor de ambulancias que transportaba pacientes a diálisis donó su riñón de forma anónima, lo que generó una cadena de cuatro trasplantes. “¿Qué lleva a una persona a entregar un órgano a un desconocido?”, se le preguntó. “La satisfacción de ayudar”, contestó (7/VI).
En los hospitales suceden bellas historias. La niña Andrea Tirado batalló para no dejar la escuela cuando le diagnosticaron cáncer en Sant Joan de Déu. El colegio Santo Tomás, de Viladecans, se volcó en satisfacer su deseo y consiguió que “asistiera” via Skype (C.F., 18/X). La paciente Eli contó que ha despertado de una anorexia de 30 años gracias a un tratamiento de electroestimulación impulsado por el hospital del Mar. “¡He empezado a poner atún a la ensalada!”, exclama alborozada (A.M., 13/VII). Otros que intentan reintegrarse con tiento en la sociedad son los presos de larga duración. Julio pasó 20 años en la cárcel de los 51 que tiene. Al pasar a tercer grado, se
le ha dado la oportunidad de vivir en un piso. (Javier Ricou, 14/X).
Abundan los testimonios de superación y aventura que muestran cuán lejos puede llegar el ser humano. Emulando a Henry David Thoreau, José Díaz se fue a vivir al bosque solo. No al lago Walden sino a una cabaña de Caleao, en el parque natural de Redes, Asturias. Quería saber, como el escritor americano, si era capaz de aprender lo que la naturaleza quisiera enseñar. Relató su estancia de 100 días a Antonio Cerrillo el pasado 25 de febrero. Al Himalaya nos traslada de tanto en tanto Rosa M.ª Bosch. Entre todas las historias destaca la de la periodista Billi Bierling, asentada en Katmandú, que entrevista a todos los alpinistas que coronan una cumbre del Himalaya. Retoma así el trabajo que durante cinco décadas realizó la legendaria ElizabethHawley (R.M.B., 24/VI).
El juicio de La Manada, la violación en grupo a una joven en las fiestas de Pamplona, indigna a miles de mujeres que precisamente este 2018 han unido sus voces hartas de sobrellevar en silencio las mil formas en que se hace realidad la desigualdad de género. La masiva manifestación del 8-M en España coincidió con la campaña del #MeToo por la que centenares de miles de mujeres explican sus relatos de abuso o discriminación.
En esta línea, la sección no sólo ha informado del movimiento general sino que ha visibilizado corrientes subterráneas de solidaridad femenina. Las ingenieras de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) son un ejemplo. Mujeres de distintas edades han diseñado proyectos de forma espontánea y altruista para despertar las vocaciones tecnológicas en niñas y jóvenes en una cadena emocionante de solidaridad (Carina Farreras, 15/V).
Pero, además, han aparecido decenas de retratos de mujeres singulares por su ocupación como la enóloga Almudena Alberca
(Albert Molins, 8/IX), la piloto de drones Isabel Vila, en la posición sexta en la competición mundial (Bárbara Julbe, 17/XI), las árbitras Ainara, Ylenia y Matilde (Domingo Marchena, 10/XI), la instagramer musulmana Khaoula Boumaaza, con 50.000 seguidores (Silvia Oller, 30/XII).
Y tantas otras mujeres referentes como la arqueóloga Rocío Da
Riva, máxima experta mundial en inscripciones neobabilónicas (C.F., 3/X). O la ingeniera de la UPC Laura Tremosa, segunda titulada en Catalunya (C.F., 1/XII). Y la palpitante historia que narra la biznieta de la primera médica española, Dolors Aleu ,alaqueno dejaban examinarse a finales del siglo XIX por su condición de mujer (C.F., 1/IV).
Además de las mujeres, los jóvenes han sido protagonistas este año por su talento, su resiliencia o sus anhelos de cambiar el mundo. Una chica sueca de 15 años,
Greta Thunberg, simboliza el grito de los jóvenes ante la inacción de los adultos frente al cambio climático. Pronunció un crítico discurso en la conferencia de la ONU de Katowice (Polonia), celebrada en diciembre. Dijo: “Oigo a la gente decir que el cambio cli- mático es una amenaza para su existencia, pero actúa como si no pasara nada” (A.C., 23/XII).
En Catalunya, un grupo de chavales describieron la pesadilla de ir cada día al instituto que inconscientemente los excluía. No abandonaron, como hacen muchos, gracias a la atención recibida en el Llindar, un centro de nuevas oportunidades (C.F., 13/IV).
Los sucesos, naturalmente, llenan las páginas con perfiles de personas que salen del anonimato sin que lo hubieran imaginado con antelación. Es el dramático caso de Isabel, la tía de Artur, el niño de cinco años que desapareció en las inundaciones de Mallorca. Estuvo tres días buscándolo. Finalmente, lo hallaron muerto. O Naiara, una cría de 8 años torturada hasta la muerte por el hermano de su padrastro que alegó que le infligió ese castigo por no haber hecho los deberes. Sucedió en Huesca en julio del 2017 pero lo contó Mayka Navarro el 28 de enero, año del juicio.
MALES DEL PRESENTE
Hay testimonios de maltrato, anorexia, ludopatía o víctimas de autolesiones
AVENTURA
El fascinante relato de un hombre que vivió cien días en los bosques asturianos
SOLIDARIDAD
Ingenieras de la UPC crean proyectos para despertar vocaciones tecnológicas en niñas