La Vanguardia (1ª edición)

UNA GANADORA NATA

¿Cuál es el secreto de Mikaela Shiffrin, que ayer sumó 52 triunfos (37, en slalom) en la Copa del Mundo de esquí alpino?

- DOMINGO MARCHENA

La estadounid­ense Mikaela Shiffrin ha ganado en un año natural más pruebas que cualquier otra esquiadora o esquiador.

Antes de hablar de la estadounid­ense Mikaela Shiffrin, lady Slalom, que con tan sólo 23 años ya es una de las mejores esquiadora­s alpinas de la historia, habría que recordar a un visionario: ÉtienneGab­riel Arbanère (1784-1858).

Este poeta e historiado­r francés es el primer biógrafo de los Pirineos, con obras como Tableau des Pyrénées français y Les Pyrénées françaises. Étienne-Gabriel Arbanère nació cinco años antes de la Revolución Francesa y se amamantó con la igualdad, fraternida­d y libertad, pero ese lema se aplicaba –y se aplica aún en muchos lugares– sólo a la mitad de la humanidad: los hombres.

Hay que entender la época que le tocó vivir para contextual­izar las palabras de este autor, con frases que hoy hacen reír. “Que las mujeres –decía– no se expongan en la alta montaña a los peligros extraños a su sexo (...) Que dejen, pues, ese bastón de hierro que en sus manos es vano y ridículo”.

El bastón del que hablaba no era el de esquiar (que nació como deporte moderno en el siglo XX, aunque sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos). Arbanère se refería a un palo rematado en un gancho de hierro, el tirapeus de los pastores catalanes, con el que se ayudaban en sus ascensione­s los pioneros de la montaña. Y las pioneras, como Rosalie Ramond, Alice Prévost o madame Sazerac de Forges, que el lector puede descubrir en libros como Mujeres y montañas (editorial Desnivel), de Marta Iturralde.

Ellas fueron las tatarabuel­as de Mikaela Shiffrin, que ha hecho historia con los esquíes y otros bastones (pero ya no de hierro, sino de carbono, aluminio, titanio o fibra de vidrio). “La timidez y la fragilidad son cosas naturales en las mujeres”, creía el cándido de Arbanère, que se desmayaría si viera a qué velocidad se disputan las pruebas de la Copa del Mundo femenina de esquí alpino. La competició­n comenzó el 27 de octubre en Sölven (Austria) y acabará el 17 de marzo en la estación andorrana de Grandvalir­a.

Cada vez que lady Slalom entra en acción los aficionado­s saben que hay que retener el aliento. Esta campeona (1,70 m y 66 kilos de fibra y músculos) es una privilegia­da por la genética. Tiene un cuerpo que parece esculpido para el deporte, como el de la tenista Garbiñe Muguruza (1,80 y 73 kilos). Pero si quieren averiguar las diferencia­s entre una y otra, y por qué la primera es tan regular y la segunda no, sólo han de entrar en sus cuentas de Instagram. Ambas son unas apasionada­s de la moda y los actos sociales, pero la estadounid­ense publica muchísimas menos fotos sobre cuestiones extradepor­tivas que la hispanoven­ezolana. Una única cosa parece ocupar su mente: el gimnasio. Y sólo tres destacan en su día a día: entrenar, entrenar y entrenar.

Ella no esquía. Vuela. Baila sobre la nieve. Quizá sólo así se entienda su impresiona­nte palmarés. Brilla en todas las disciplina­s: slalom, gigante, súper G, descenso, slalom paralelo, la prueba combinada... Tiene tres medallas olímpicas (dos oros y una plata). Debutó en el Mundial con 15 años y con 16 ya se subió por primera vez al podio. Explicar todos sus éxitos exige más espacio del que cabe en este artículo. A este ritmo pronto destronará a un mito como el sueco Ingemar Stenmark.

Es la reina de la nieve. Ha ganado los Grandes Globos de las últimas dos temporadas, y va camino de ganar el tercero, lo que da idea de su versatilid­ad. Este título se otorga a la mejor esquiadora, una vez sumados los puntos de todas las especialid­ades. Nadie –ni en categoría masculina ni en femenina– ha cosechado tantos éxitos con 23 años. Ya acumula 52 victorias en la Copa del Mundo; la mayoría, 37, en slalom. Su última victoria se vivió ayer en Zagreb.

Cuando batió el récord de los 35 slaloms de la austriaca Marlies Schild, que se retiró en el 2014, tuvo una sensación agridulce por superar a una figura que reverencia­ba de niña y ante la que se disculpó, en un gesto que refleja su calidad humana. “Ojalá –dijo– mis récords duren poco: eso significar­á que yo también he inspirado a otras deportista­s”. Y, por si fuera poco, en el 2018 consiguió 15 victorias en la Copa del Mundo, una cifra que jamás había alcanzado en un año natural ninguna otra esquiadora... o esquiador, ya que también superó las 14 victorias del austriaco Marcel Hirscher. ¿Por qué es tan buena? ¿Por la genética? ¿Por el entrenamie­nto? ¿Por la mentalidad?

Por una mezcla de todo eso, responde desde Zagreb Roger Vidosa, exesquiado­r olímpico y entrenador de la Federación de Andorra. Una de sus pupilas, Mireia Gutiérrez, participó ayer en el slalom de la capital croata, aunque –como la catalana Núria Pau– no se pudo clasificar para la segunda manga. “Mikaela Siffrin no marcará una época. Ya la está marcando”, sentencia este técnico. Es capaz, agrega, “de vencer en cualquier disciplina. Nunca alguien tan joven había ganado tantas pruebas. Para ello, además de sus innatas condicione­s físicas, tuvo que comenzar a trabajar muy pronto y muy duro, rodeada de los mejores. Y beneficiar­se de un entorno que la apoyara e incitara, como ejemplific­a su madre, que casi siempre la acompaña”.

Puede que el secreto de sus éxitos sea más sencillo. En una de las pocas ocasiones en que no usó Instagram para mostrar cómo se machaca en el gimnasio, lady Slalom colgó una nota: “No te quedes con las ganas: rompe las cadenas, esquía, vuela, baila”. Quizá esa sea la mejor forma de enseñar a todos los Étienne-Gabriel Arbanère del pasado, del presente y del futuro que no hay montañas inalcanzab­les para los hombres.

Ni para las mujeres.

Esta deportista ha ganado en un año natural más pruebas que cualquier otra esquiadora... o esquiador

 ?? JEAN-CHRISTOPHE BOTT / AP ?? “No te quedes con las ganas: rompe las cadenas, esquía, vuela, baila”, dice Mikaela Shiffrin (en la foto, durante el súper G de Saint-Moritz, en Suiza, el 8 de diciembre)
JEAN-CHRISTOPHE BOTT / AP “No te quedes con las ganas: rompe las cadenas, esquía, vuela, baila”, dice Mikaela Shiffrin (en la foto, durante el súper G de Saint-Moritz, en Suiza, el 8 de diciembre)

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