Los efectos del cierre del Gobierno emergen mientras sigue el desacuerdo
El cierre de Gobierno parcial empieza a exhibir sus efectos. De súbito, una “rara enfermedad” afectó el viernes al menos a 150 agentes que controlan a los viajeros en el aeropuerto JFK de Nueva York, tres veces más de lo usual. Son funcionarios que llevan dos semanas trabajando sin cobrar.
Los parques nacionales, si no están cerrados, carecen de seguridad y se acumula la basura. Algunos servicios abiertos hasta ahora ya han bajado la persiana.
Si continúa, más de 38 millones de estadounidenses de bajos ingresos no recibirán los vales de ayuda para comida, y unos 140 millones de contribuyentes no podrán contar en su plazo con la devolución de Hacienda.
El vicepresidente Mike Pence encabezó ayer la delegación gubernamental en la reunión con asesores de congresistas de ambos partidos. No hubo indicios de avance ni atisbo de pacto.
Trump está dispuesto a mantener el cierre “durante meses o años”, según reconoció en rueda de prensa el viernes, una comparecencia en la que mostró poca empatía por los funcionarios perjudicados. “Estoy orgulloso de lo que estoy haciendo”, respondió.
Hace unos días planteó a los progresistas si tenían en cuenta que la mayoría de los trabajadores sin sueldo son demócratas, si bien luego matizo que los vigilantes fronterizos –colectivo que ejerce con el salario suspendido– están con él y los invitó a la Casa Blanca. “No me preocupa que la mayoría de los que no cobran sean demócratas, lo que quiero es que se acabe el cierre y tengamos un acuerdo para reforzar la frontera”, aclaró ayer con un tuit.
Sin embargo, en la reunión del viernes con los líderes de ambos partidos, se arrancó con una letanía de profanidades en la que remarcó que no está dispuesto a pactar una reapertura si no le dan los 5.600 millones que pide para el muro en la frontera sur.
En la rueda de prensa también afirmó que considera declarar la emergencia nacional para expropiar tierra y construir su valla haciendo un bypass al Congreso.
“Puedo hacerlo si quiero”, remarcó. Pero expertos legales replicaron que su capacidad para utilizar los poderes de emergencia es limitada.
También utilizó la reunión del viernes para quejarse de que los demócratas hablen cada vez más, desde que han tomado el poder de la Cámara Baja, de imputarle. En este punto, la nueva speaker ,la demócrata Nancy Pelosi, le recordó que el encuentro no se había convocado para discutir su posible inculpación.