Llevo un coche VTC
Desde hace un par de meses trabajo como conductor de coche VTC. Desde el primer día he tenido que soportar por parte de una minoría de taxistas bocinazos, gestos obscenos, insultos (lo más suave que me han llamado es “cucaracha” y “esclavo”)...
Durante los turnos de noche, incluso he padecido maniobras obstructivas con sus vehículos, a riesgo de sufrir alguna colisión. También algunos de mis compañeros han sufrido balazos y perdigonadas en sus coches. Insisto en que estos energúmenos son una minoría, pero los suficientes para dificultar algunos días mi trabajo.
Y quisiera hacerles llegar un mensaje claro. Los conductores VTC no somos sus enemigos. A sus enemigos tienen que buscarlos entre los miembros de su propio colectivo, que con su actitud y el deficiente estado de sus vehículos han propiciado la expansión de nuestra empresa. Y también entre los políticos que han ampliado el número de licencias VTC.
Porque nosotros tan sólo realizamos nuestro trabajo, un trabajo tan digno como el suyo.