“No me gustaría mostrar mi vida privada gratuitamente”
ENTREVISTA A JUDIT PUIGDOMÈNECH, JU, CANTAUTORA Y ACTRIZ
Judit Puigdomènech, conocida con el nombre artístico de Ju, es una cantautora, bailarina y actriz de 26 años que ya es portada de revistas y se lleva galardones musicales. Es una joven voz que irrumpe cantando en catalán bebiendo de las fuentes del pop, el reggae y el rhythm and blues. Es hija de Ricard Puigdomènech, exguitarrista de Loquillo y Trogloditas. De niña, empezó a estudiar música y danza, y también a ver vídeos de sus fans del pop, como Rihanna o Christina Aguilera. Dejó la carrera universitaria de Literatura Catalana y Castellana para subir a los escenarios. Su formación teatral la ha hecho en la Escuela Superior de Arte Dramático Eòlia de Barcelona, y ahora la completa en el estudio Laura Jou de coaching actoral. Su voz es muy dulce, pero algunas de sus letras son reivindicativas y de protesta. Vive en Gurb (Osona), en una masía rodeada de campos donde no faltan las gallinas.
Primero fue la música y la danza, después el teatro. ¿Para cuándo el cine?
La verdad es que me gustaría mucho. Me he formado cuatro años en Eòlia y he vivido un proceso de crecimiento personal y artístico. Espero que pronto, de la mano de mi representante Maria Antònia Rovira, pueda compaginar la música con la interpretación; las dos disciplinas artísticas me gustan mucho.
¿Inicialmente quiso ser más actriz que cantante?
No crea. La música, desde niña, la he mamado en casa, y tenía vía libre para expresar mis inquietudes a través de la voz y de la danza. Del teatro puedo decir que, como muchos niños, inventaba historias. Me imaginaba que me entrevistaban, o creaba cuentos y los interpretaba.
Ha dicho que está agradecida a la vida por haberle dado la energía para de dejar los miedos atrás y poder dedicarse a lo que más le gusta. ¿Cuáles eran estos miedos? ¿Subir a los escenarios?
Sí, de hecho me daba mucha vergüenza subir a un escenario y exponerme al público. Un poco es poner mi vulnerabilidad en primer plano.
Dejó sus estudios en primero de carrera en la Universitat Autònoma de Barcelona para dedicarse a perseguir su sueño artístico. ¿Se arrepiente?
No, la verdad es que no. Más que perseguir un sueño, para mí era conectarme con mi necesidad de aquel momento. Echaba muy de menos cantar, bailar y expresarme. Me gustaba mucho escribir, leer y la literatura. Pero en aquel momento necesitaba movimiento, más dinámica, sentirme más viva.
¿Canta vivencias y reflexiones que siente a flor de piel, aquello que le ha golpeado?
Me es más fácil escribir desde lo que he vivido, desde una realidad que me ha traspasado. Y mis canciones reflejan un poco eso.
¿Cómo es Ju fuera de los escenarios?
Inquieta... y... ostras, no sé. Inquieta y viva. Me gusta la vida y aprender de las experiencias.
¿Canta en la ducha?
Sí, me gusta mucho. Siempre canto, inventando melodías y cosas. Me gusta cómo resuena mi voz, como si fuera un efecto rever.
¿Qué hace Ju cuando no trabaja?
Voy a dar vueltas o a correr con mi perra, Cala. Hacer ejercicio me va muy bien para prepararme los directos. También voy a bailar street dance en la Escuela de Baile Nieves Gaja de Vic y estoy en el proyecto Sentx100, que vela por la educación emocional de los niños con riesgo de exclusión social a través del arte.
¿Y el amor?
Lo tuve, cuando era muy jovencita, a los 17 años. Todavía no sabía de qué iba la cosa, y me atreví a probarlo. Fue una experiencia, pero de allí salió, un poco, lo que no quería para mi vida. Lo recuerdo como una cosa bonita que viví durante tres años. Ahora lo veo desde mis 26 años... y éramos unos niños y lo llevábamos como podíamos. Ahora somos amigos.
¿Pero no se cierra al amor?
No. De hecho, me gustaría encontrarlo, tiene que ser muy bonito cuando lo encuentras y te corresponden.
Le preocupa especialmente la injusticia, la carrera armamentista y las guerras.
El mundo se basa mucho en la lucha por el poder, y el poder nos hace ciegos.
¿La Bandera blanca con la cual ha titulado su último disco también es un grito contra el drama de los migrantes y los refugiados?
En el disco hablo de dejar atrás los juicios y los prejuicios, las ideas preconcebidas. Hay una parte que habla del drama de la gente que se tiene que marchar de sus países para vivir con dignidad. Y es triste, muy triste, la respuesta que se da a eso.
Canta que queremos ser capaces de entendernos, pero no nos escuchamos. ¿Ve solución al conflicto catalán?
La verdad es que no me quiero meter en política. Lo que yo hago es música y expresar lo que siento. Sin embargo, puedo decir que hay presos políticos y que la realidad es muy triste.
“Desde niña he mamado la música en casa y tenía vía libre para expresar mis inquietudes con la voz y la danza”
Se ha significado también en favor del empoderamiento de la mujer. ¿Qué opina de las letras machistas que cantan muchos de nuestros jóvenes?
Pues no estoy de acuerdo. No me parece bien. Le tenemos que dar la vuelta.
¿Qué opina de los talent
shows como Operación Triunfo?
Es otra perspectiva diferente a la mía de enfocarse hacia las artes escénicas. Es otra opción. Veo difícil que yo pudiera encajar ya que trato de preservar mi vida privada, que no me gustaría mostrar gratuitamente a toda pantalla.