‘Mourinho’ de bolsillo
Bordalás ha convertido al Getafe en el rival más incómodo
José Bordalás sabe lo que es ganarse la vida y también buscársela. Octavo de diez hermanos, de chaval repartió diarios y acudió a la recogida de melones y sandías en Almería para atesorar unos ahorrillos. Ahora está aprendiendo inglés por si algún día suena la flauta del fútbol internacional. ¿Por qué no? Es el entrenador del Getafe, al que ha convertido en el conjunto más incómodo para los rivales de la Liga española. Lo cogió en Segunda cuando tenía pinta de bajar a Segunda B, lo subió a Primera, lo colocó octavo la pasada temporada y afronta la visita del Barça, casi en el ecuador del campeonato, en la séptima plaza. ¿Con qué fútbol? Eso es otra cosa. Porque Bordalás, alicantino de 54 años y que empezó a entrenar a los 29 tras una modesta carrera como delantero de Tercera, ha diseñado un sistema que se dedica a cortocircuitar al contrario. Algo así como un Mourinho de bolsillo, y no por las polémicas, que alguna ha protagonizado por el estilo de su equipo, sino por un fútbol centrado casi exclusivamente en la destrucción.
El Getafe es capaz de desesperar al adversario. Puede batirle o no pero lo que está prácticamente garantizado es que su rival no hará contra ellos su mejor partido. Al contrario, seguramente vivirá uno de sus peores días. Falta tras falta, interrupción tras interrupción, el conjunto madrileño saca de quicio. Por segunda temporada consecutiva es el conjunto del torneo que más faltas comete (lleva 301 faltas, 44 más que el Athletic, a casi 18 por partido) y en sus encuentros el balón suele estar en juego apenas 48 minutos.
Es decir, que medio partido se va por el sumidero de manera deliberada sin que el oponente o los colegiados consigan frenar esta deriva especulativa. La táctica le da resultados al Getafe, uno de los equipos que menos remates recibe y el segundo conjunto menos goleado de la Liga tras el Atlético. Porque aunque Bordalás se profesa admirador del fútbol de Cruyff, se asemeja bastante más al de Simeone, pero llevado al extremo al contar con jugadores de menor talento.
El de esta noche será por tanto un partido de polos opuestos: el Barcelona es el que más tiene el balón y el que menos faltas realiza. Si los azulgrana consiguen que el choque se juegue con ritmo ya tendrán mucho ganado. Sus partidos del ejercicio anterior ante el Getafe fueron auténticas visitas al dentista, con un 1-2 en el Coliseum con remontada a última hora (goles de Denis Suárez y Paulinho) y un triste 0-0 en el Camp Nou. El conjunto de Valverde no se queda sin marcar desde su debacle en Roma el 10 de abril y el último equipo que le dejó seco en la Liga fue… el Getafe.
Por lo tanto bien hará el Barça en armarse de paciencia y no caer en una trampa que ha hecho perder los estribos más de una vez, por ejemplo, a Quique Setién, archienemigo de Bordalás desde los tiempos en que el primero dirigía al Lugo y el segundo al Alcorcón. Algo así como un Guardiola contra Mourinho de perfil modesto. Setién ha llegado a decir que el fútbol de Bordalás “da pena” y se quejó amargamente de que los partidos contra sus equipos durasen “25 minutos”. Hasta Simeone advirtió a principios de temporada al Getafe de que con el VAR había que tener más cuidado con la dureza que se empleaba para parar el juego. Los azulones son segundos en tarjetas amarillas y rojas, pero pagan con gusto ese peaje.
Ante este rubicón se medirá hoy Messi. “Leo es el mejor. No es sencillo (pararle). Se ha intentado entrenar para frenar a este jugador de todas las maneras posibles, incluso con marcajes individuales y es complicado. Hay que intentar hacer un gran partido, poner en dificultades al Barcelona y confiamos en el equipo y en la respuesta de los jugadores”, señala Bordalás.
Los resultados no se le pueden discutir.
El técnico del Getafe, octavo de diez hermanos, repartió diarios y recogió melones en su juventud
El conjunto madrileño es el que más faltas comete y sus partidos suelen estar la mitad del tiempo parados
Ha protagonizado con Quique Setién un duelo dialéctico similar a los de Guardiola contra Mourinho