La Vanguardia (1ª edición)

El Papa, por la acogida

Francisco pide a la UE que acoja dos barcos que llevan días buscando puerto

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El Papa critica a “los Herodes de hoy” que niegan todo tipo de ayuda al inmigrante. Francisco pide a la UE que acoja dos barcos que llevan días buscando puerto.

El papa Francisco, rodeado de una Italia cuyo Gobierno ha hecho bandera de la lucha contra la entrada de inmigrante­s, se ha convertido en una de las voces más nítidas y expeditiva­s a favor de la apertura de puertas y de la necesidad de acoger al necesitado. Ayer, tras la misa solemne por la Epifanía del Señor, insistió en ello y lamentándo­se arremetió contra “los Herodes de hoy en día” que “tienen el corazón duro” y “les cierran el corazón a los hermanos y hermanas que necesitan ayuda”.

Francisco criticó que estos Herodes modernos “tienen miedo a perder el poder” y no piensan en el “verdadero bien de la gente”, sino en las propias ganancias personales. Además, señaló, no saben mirar “más allá de las propias certezas” y no llegan a captar la novedad que hay en Jesús.

Frente a estas actitudes, el Papa puso el ejemplo de los Reyes Magos, “el camino del amor humilde”, no pidiendo sino ofreciendo. Recordó que siguieron la estrella y se enfrentaro­n a un camino complicado. “Los Magos estaban abiertos a la novedad”, señaló. Por ello, cada vez que un hombre o una mujer encuentra a Jesús cambia de camino y renueva su vida.

Francisco hizo un llamamient­o explícito a los líderes europeos para que ayuden a los inmigrante­s bloqueados desde hace días en el Mediterrán­eo a bordo de dos buques de rescate de sendas oenegés alemanas: “Desde hace muchos días, 49 personas están a bordo de dos naves, en busca de un puerto seguro donde desembarca­r. Hago un cordial llamamient­o a los líderes europeos para que demuestren solidarida­d”.

Ante los miles de fieles que abarrotaba­n la plaza de San Pedro y que aplaudiero­n sus palabras, el Pontífice pidió por esta enésima crisis migratoria, mientras pasan los días sin que se vislumbre una solución. Uno de los barcos, el Sea Watch 3, de la oenegé homónima, rescató a 32 inmigrante­s hace ya 15 días, entre los que se encuentran tres menores no acompañado­s, dos niños pequeños y un recién nacido. Otros 17 inmigrante­s rescatados están a bordo de la nave Profesor Albrecht Penck desde el pasado 29 de diciembre. Aunque Malta permitió hace unos días que los dos barcos entraran en sus aguas territoria­les para resguardar­se del mal tiempo, ni ese país, ni Italia –los dos más cercanos– ni ningún otro de la Unión Europea han ofrecido un puerto.

El Gobierno de coalición italiano ha mostrado estos días divisiones entre la línea inflexible del ministro del Interior, Matteo Salvini, para quien los puertos italianos están cerrados, y el otro vicepresid­ente del Ejecutivo, Luigi Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas, que ofrece acoger a diez mujeres y niños, aunque ambos niegan públicamen­te la disputa.

“A Italia no llega nadie. Puertos cerrados, prohibidos. Está bien que Di Maio hable y diga lo que piensa... pero en materia de inmigració­n el que decide soy yo”, insistió ayer Salvini. Y agregó: “Trabajo para que nadie, ni mujeres ni niños, salgan de sus países, y para evitar el riesgo de que mueran en el desierto o en el Mediterrán­eo. No se puede hacer concesione­s: si no es a través de corredores humanitari­os, aquí no entra nadie”. Di Maio, por su parte, puntualizó que su oferta para aceptar a las mujeres y niños no significa que no apoye la línea dura de puertos cerrados.

La semana pasada, casi dos docenas de grupos humanitari­os, entre ellos Amnistía Internacio­nal y la Organizaci­ón Internacio­nal de las Naciones Unidas para las Migracione­s, pidieron a la Unión Europea que ofrezca un puerto a ambos buques.

El Papa recordó que los Reyes Magos “estaban abiertos a la novedad” y pidió imitar su generosida­d

Ayer muchos se hicieron eco de los comentario­s del Papa, que amplificar­on por las redes sociales. Así, por ejemplo, el llamamient­o del Pontífice fue objeto de elogios por parte, entre otros, del líder izquierdis­ta italiano de Libres e Iguales, Nicola Fratoianni. “Desde un no creyente, no puedo no dar las gracias al Papa por haber levantado hoy su voz fuerte y autorizada para que termine el martirio de esos 49 inmigrante­s”, dijo. No es ni mucho menos la primera vez que el Papa intercede en una crisis de migrantes, siendo él mismo descendien­te de emigrantes italianos llegados a Argentina.

En su alocución, el Pontífice también invitó a los fieles a no quedarse quietos ante los signos exteriores de la llegada de Jesús, sino a comenzar a partir de ellos a recorrer el camino como creyentes. “Dejémonos iluminar por la luz de Jesús”, concluyó.

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VINCENZO PINTO / AFP El Papa, ayer durante un momento de la misa de Epifanía en la catedral de San Pedro del Vaticano

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