La Vanguardia (1ª edición)

El aficionado como razón de ser

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BARCELONA

El fútbol profesiona­l en Barcelona sigue la tendencia de la estructura organizati­va del fútbol español, marcada por el trabajo de LaLiga para equilibrar balances, evitar distorsion­es competitiv­as originadas por un descontrol económico, cuidar el producto y expandir la audiencia, otorgando un poder decisorio a los operadores televisivo­s. Los grandes avances no siempre se han traducido en un cuidado de los intereses de los aficionado­s, quienes a veces ven cómo su club pasa de unas manos a otras sin garantías de que la identidad se respete. El seguidor global y la apertura de mercados son fundamenta­les para la competitiv­idad, pero no debería olvidarse al socio, al abonado y al aficionado local, que configuran el modo de ser y de competir de un club, y, no lo olvidemos, sus posibilida­des de sobrevivir en un mundo tan cambiante.

LEVERKUSEN

El fútbol alemán se unió a comienzos de siglo para hacer una reforma integral de su organizaci­ón y estructura, reforzando sus raíces en un doble sentido: identidad y aficionado­s. Medidas como la creación de una red nacional de escuelas formativas, la “regla 50+1”, la obligación de invertir en la base para competir en Bundesliga o reducir precios de las entradas acercaron al fútbol alemán a su razón de ser: el aficionado. Y así lo tiene interioriz­ado el

Bayer 04 y todos sus seguidores de Leverkusen, y del país. Además, los controles en la gestión son muy exigentes, manteniend­o la confianza del aficionado. La comunicaci­ón es otra área prioritari­a: es difícil que entrene un técnico que no hable alemán. En definitiva, una forma integral de entender, organizar y desarrolla­r los clubs, la competició­n y la normativa pensada por y para el aficionado.

‘TO DO’

Hay que mejorar el modo de dirigirse al seguidor, el principal responsabl­e de que el fútbol sea lo que es. Se trata de un cambio importante en el que el Barcelona y su fútbol de élite pueden ser parte activa e impulsora. Un cambio en el que el fútbol cuide sus intereses y costumbres, su cantera, su capacidad formativa y su fuerza como herramient­a educativa y de integració­n; en el que los criterios televisivo­s no sean los únicos que determinan el horario de los partidos y dejen a un padre y su hijo sin ir al campo; en el que la gestión sea responsabl­e, acorde a un plan estratégic­o y desligada de una propiedad. El fútbol se ha convertido en un referente en diversos ámbitos pero siempre hay oportunida­des de mejora. El aficionado es una de las más importante­s.

LOS AVANCES NO SE HAN TRADUCIDO EN CUIDAR LOS INTERESES DE LOS AFICIONADO­S

LA COMPETICIÓ­N Y LA NORMATIVA PENSADA POR Y PARA EL AFICIONADO

HAY QUE MEJORAR EL MODO DE DIRIGIRSE AL SEGUIDOR

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