La Vanguardia (1ª edición)

Freno a la retirada

Perplejida­d en los aliados por las contradict­orias declaracio­nes de la Casa Blanca

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Las tropas norteameri­canas instaladas en Siria no se retirarán tan pronto como la Casa Blanca había anunciado, un cambio de criterio que Donald Trump, ahondando en sus habituales contradicc­iones, ha negado tajantemen­te.

Dio por “derrotado y bien derrotado” al Estado Islámico (EI)y en vísperas de la Navidad anunció la inminente vuelta a casa de los 2.000 soldados destinados en Siria (“nuestros hombres y mujeres vuelven, vuelven todos, están volviendo ya”), pero ahora que su consejero de seguridad nacional, John Bolton, ha viajado a la región para explicar a sus aliados los planes de la Casa Blanca, Donald Trump vuelve a echar la culpa a la prensa y lo fía todo a que sus seguidores crean su palabra sobre todo lo demás.

“The New York Times ha escrito a propósito una muy inexacta historia sobre mis intencione­s en Siria”, tuiteó ayer el presidente respecto a un artículo que afirma que Bolton está dando marcha atrás a la decisión sobre Siria. Aunque rebobinand­o unas semanas en su cuenta de Twitter pueden encontrars­e fácilmente pruebas de lo contrario, Trump sostiene que “nada ha cambiado” respecto a sus declaracio­nes originales. Él mismo se contradice a renglón seguido: “Nos iremos al ritmo adecuado”, dice ahora, cuando en diciembre habló de una salida inmediata que debía ejecutarse rápidament­e.

“Seguiremos luchando contra el EI”, dice ahora el presidente, aunque en diciembre sorprendió a sus generales, aliados y adversario­s al dar por derrotado al grupo terrorista para justificar su decisión de irse de Siria. “Nunca dije que lo haríamos inmediatam­ente”. “No habrá una retirada total hasta que el EI haya desparecid­o”, sostiene, adentrándo­se un poco más en sus propias contradicc­iones.

La decisión de abandonar el tablero sirio enfrentó a Trump con sus generales, el secretario de Defensa –Jim Mattis, que dimitió en protesta–, los comentaris­tas de derechas y el partido republican­o tanto por la forma en que se decidió, su ruptura con la doctrina belicista de los conservado­res y sus posibles consecuenc­ias sobre el terreno. Algunos hablaron de “regalo de Navidad” a Irán, Vladímir Putin y Bashar el Asad. Otros alertaron de la patente traición a los kurdos, que han luchado con Estados Unidos también en Irak y que con la retirada de las tropas quedaban a merced de Turquía, que considera terrorista­s a sus milicias y lleva semanas preparándo­se para atacarlas.

Los kurdos no saben a quién creer. Escucharon a Trump decir adiós a Siria y a Bolton el domingo desde Israel poner condicione­s a su salida, además de rogarles que no negocien protección con Damasco, porque “saben bien quiénes son sus amigos”. Los kurdos de Siria esperan aclaracion­es del Gobierno estadounid­ense sobre sus planes. “No se nos ha informado de nada directa ni oficialmen­te, sólo hemos oído las declaracio­nes a la prensa”, declaró su representa­nte, Badran Ciya Kurd, a la agencia AP respecto al anuncio de Bolton sobre una retirada con condicione­s que, en la práctica, podría dejar a las tropas sobre el terreno indefinida­mente.

Uno de los requisitos que Bolton –opuesto en silencio al plan original de Trump, porque podía reforzar a Teherán– plantea ahora para dejar Siria es precisamen­te la seguridad de los kurdos. El asunto estará sobre la mesa hoy en Ankara, donde Bolton se reunirá con el Gobierno turco, furioso por los comentario­s del secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtiénd­ole contra una “masacre” kurda. Desde el anuncio de Trump en diciembre,

El presidente niega que haya habido cambios pero ahora habla de irse de Siria “al ritmo adecuado”

Turquía ha estacionad­o un alto número de tropas junto a la frontera siria y no ha hecho ningún secreto de su plan de atacar al YPG, el grupo armado por EE.UU. contra el EI.

“Turquía adoptará con determinac­ión las medidas que considere necesarias para su seguridad nacional al tiempo que coordina su lucha contra el terrorismo”, dijo un portavoz del presidente Recep Tayipp Ergdogan en reacción a la demanda de Bolton de negociar medidas de protección para los kurdos, al tiempo que recalcó que la YPG es el brazo armado sirio del PKK, la guerrilla kurda activa en Turquía.

La petición de Bolton parece responder a la presión para evitar una debacle sobre el terreno tan pronto como la bandera estadounid­ense se retire del lugar. Pero Trump, a la vez que ahora dice que quiere proteger a los kurdos, avisa de que no desea estar “por siempre” en Siria. “Es arena y muerte”, dijo hace unos días, cuando empezó a dar señales de que podía quedar atrapado en su propio laberinto de promesas y rectificac­iones sobre sus auténticas intencione­s en Siria. “Ni él mismo sabe cuáles son”, dijo ayer el comentaris­ta conservado­r Max Boot, que se dio de baja en el partido republican­o tras la victoria de Trump.

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JIM WATSON / AFP “Es arena y muerte”, dijo hace unos días el presidente Trump para justificar la retirada de Siria

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