El consenso catalán
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha planteado reiteradamente que en gran parte de la sociedad catalana, según él un 80%, se dan tres grandes consensos que forjan su determinación política. Según Torra, las tres cuestiones son “que somos y nos sentimos republicanos; que no aceptamos la represión penal para resolver las cuestiones políticas y democráticas, y que queremos ejercer nuestro derecho de autodeterminación”.
Un análisis político más ajustado a la compleja realidad social de Catalunya nos permite observar que el 80% de la sociedad catalana, como se ha reflejado en innumerables encuestas realizadas por sondeos de GAD 3 y Gesop, pide superar las diferencias para así poder negociar un nuevo marco de relación con España. Los catalanes, en su gran mayoría, contemplan desde un cambio o reforma del Estatut hasta un referéndum para determinar el tipo de relación con España, incluida la independencia o una mejora constante del sistema de financiación de Catalunya en la misma línea que el Gobierno vasco. Otro aspecto relevante para identificar qué tipo de consenso se establece es observar que, desde un punto de vista político, hay que poder diferenciar entre el consenso que afecta a las reglas fundamentales de un sistema político, lo que los anglosajones designan como rules of the game, y el que tiene como objetivo apoyar y reforzar una causa determinada de una o de varias opciones políticas. Las tres cuestiones que según el presidente de la Generalitat generan consenso atañen a fijar unos fines particulares que se van ajustando, día a día, en función de la contingencia política.
Un ejemplo que demuestra la vaguedad con que se determinan los grandes consensos lo encontramos cuando se afirma que la mayoría de los catalanes “somos y nos sentimos republicanos”, una cuestión que afecta más al plano emocional que al político. No hace mucho tiempo, el mismo presidente de la Generalitat declaraba que la mayoría de la sociedad quería la implementación de la república aprobada el 1 de octubre, y ahora su discurso se centra en que la sociedad se siente republicana, diluyéndose la república como objetivo principal. Lo que es incuestionable es que en el 2019 la mayoría de la sociedad catalana exigirá que la política ya no ponga en más riesgos la convivencia entre los ciudadanos.