La Vanguardia (1ª edición)

CC.OO. y UGT llevan a la calle la presión para enmendar la reforma laboral

Los sindicatos exigen que el Gobierno plasme ya los cambios acordados

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Los sindicatos CC.OO. y UGT cumplen con sus amenazas y fijan el próximo 8 de febrero como el punto de arranque de las movilizaci­ones para empujar al Gobierno a acometer ya cambios de calado en la reforma laboral y la de las pensiones. La demostraci­ón de fuerza del 8 de febrero pasa por congregar en una asamblea conjunta en Madrid a 10.000 delegados de ambos sindicatos. “Queremos que esta legislatur­a no acabe sin que se desmonten los aspectos fundamenta­les de las reformas del PP”, aseguró ayer el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. “El Gobierno tiene que pasar de la frase fácil al BOE”, insistió.

Para el máximo responsabl­e de CC.OO., Unai Sordo, “es el momento” de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez “mueva ficha” y “ponga negro sobre blanco lo que hemos cerrado”. Una recuperaci­ón de derechos fruto de “meses de negociació­n”, resumieron, que incluye volver a la prestación para parados de más de 52 años, así como ampliar el contrato relevo en todos los sectores; recobrar la continuida­d del convenio mientras no sea sustituido por otro, por tanto, más allá del año establecid­o actualment­e; acabar con la prevalenci­a del convenio de empresa sobre el del sector; garantizar “la aplicación del convenio colectivo en casos de externaliz­ación productiva o subcontrat­ación” y establecer un sistema de control de jornada. Y en el caso del sistema público de pensiones, eliminar el polémico factor de sostenibil­idad –congelado hasta el 2013– y fijar de nuevo por ley la actualizac­ión automática con el IPC.

En todo caso, los representa­ntes sindicales defendiero­n que los acuerdos establecid­os con el Ministerio de Trabajo no pueden quedar en el aire por la oposición de la patronal. “La CEOE no tiene derecho de veto”, señaló Sordo. Ambos líderes advirtiero­n además que, si el Gobierno no pone en marcha pronto estas modificaci­ones legislativ­a, habrá una escalada de las movilizaci­ones en las semanas siguientes. Al tiempo, opinaron que hay una mayoría parlamenta­ria suficiente para apoyar las modificaci­ones de la reforma laboral y del sistema público de pensiones. Pepe Álvarez llegó a asegurar que la fragilidad parlamenta­ria era una “excusa” y avanzó que los sindicatos están dispuestos a “presionar” a las distintas formacione­s políticas para que den su apoyo a los cambios normativos.

Mientras Sordo evitó escoger una vía legislativ­a para plasmar los cambios normativos, Álvarez no dudó en apoyar el decreto ley como la herramient­a “más adecua- da”. Desde su punto de vista, la tramitació­n como proyecto de ley tropezaría con la dilación que está imponiendo la mesa del Congreso.

Fuentes sindicales recordaban ayer que, una vez cerrados con el Gobierno puntos básicos para atacar la reforma laboral del PP, están a la espera de que la ministra Magdalena Valerio convoque a la mesa general para ratificar los citados preacuerdo­s. Por tanto, el calendario de reuniones de las distintas mesas específica­s está en suspenso, señalaron. Sordo no descartó además que las divisiones internas en el Ejecutivo –especialme­nte, por la oposición del departamen­to de Economía– estén entorpecie­ndo la celeridad en la toma de decisiones de Trabajo.

Los dirigentes sindicales anunciaron también que ya están preparando las movilizaci­ones de cara al 8 de marzo. Así, apuntaron que son partidario­s de dar cobertura a la protesta de las mujeres, por lo que tienen previsto convocar dos horas de paro laboral, como ya hicieron el año pasado.

Sordo y Álvarez defienden que las modificaci­ones cuentan con suficiente apoyo en el Parlamento

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