La Vanguardia (1ª edición)

Madrid, “dique de contención del independen­tismo”

- CARMEN DEL RIEGO

Pablo Casado consiguió frenar la rebelión interna en el PP de quienes no estaban dispuestos a aceptar las exigencias de Vox, sobre todo en cuestión de violencia de género, para apoyar a Juan Manuel Moreno en la presidenci­a de la Junta de Andalucía. Lo hizo con un acuerdo sobre el que los dirigentes populares, desde el gallego Alberto Núñez Feijóo hasta al madrileño Ángel Garrido, pasando por Ana Pastor o Isabel Bonig, no tienen nada que objetar. Pero lo que no ha conseguido el líder popular es acallar el malestar que se vive en el seno del PP, principalm­ente entre los líderes regionales, por la aproximaci­ón del partido a Vox y la gestión que se ha hecho.

No se trata de lo que ha pactado finalmente el PP en Andalucía, sino de que la semana anterior al acuerdo, el propio Casado asumió muchas de las tesis de la formación ultra, y en los actos públicos en los que intervenía asumía su lenguaje y sus tesis. Habló de violencia intrafamil­iar, sin defender el concepto de violencia de género que es lo que hasta ese momento había mantenido el PP. Hizo suyas las declaracio­nes por las denuncias falsas, y no defendió la posición del PP, sino que se sumó sin más a las tesis de Vox sobre la violencia de género.

Ese malestar no se terminó con la firma del acuerdo, porque va más allá de su contenido y es anterior a que Vox se convirtier­a en imprescind­ible para que el PP gobernara. La desazón existente tiene que ver más con la importanci­a que le ha dado Casado desde el principio al partido de Santiago Abascal. A juicio de los dirigentes populares consultado­s, Casado no sólo ha lanzado el mensaje de que comparte los principios y valores de Vox, lo que desde el primer momento fue criticado en el seno del partido, sino que con su discurso, dicen, “ha dado carta de naturaleza” a la formación de ultra.

Para ese sector del PP, que es amplio aunque no está organizado y no plantará cara, al menos de momento, a Casado, con su discurso de que la fórmula andaluza es extrapolab­le al resto de España está diciendo que da igual votar al PP, que a Cs que a Vox, porque al final el voto se unirá para gobernar, cuando, a juicio de estos dirigentes, creen que lo que debería de hacer el presidente popular es decir todo lo contrario, que el voto útil es el PP. Lo que critican es que el mensaje sea que Vox dice lo mismo que el Partido Popular, y así, subrayan, no volverán los votantes que se han ido a Vox o a Cs.

Precisamen­te ayer, durante la presentaci­ón de los candidatos de Madrid, Casado volvió a defender el pacto alcanzado en Andalucía, para reivindica­rlo, justificar­lo y defenderlo. El PP, señaló, no ha tenido que renunciar a nada y el 80% de las medidas acordadas o ya las aplica el PP en otras comunidade­s o estaba ya en su programa electoral. Por eso no tuvo ningún problema en volver a repetir que la fórmula que se ha utilizado en Andalucía es exportable a otros muchos sitios, y será el PP quien lidere las negociacio­nes. Eso sí, apostilló que hay que votar al PP, porque nunca se sabe si los demás están dispuestos a negociar.

Pero el malestar interno que vive el PP no se refiere sólo a la actitud hacia Vox. Cada vez son más las críticas hacia Casado por el papel presidenci­alista que ha asumido, que hace que el partido cada vez cuente menos. Destacan, las fuentes consultada­s, la forma en la que ha elegido a los candidatos a las elecciones autonómica­s y municipale­s de mayo, sin tener en cuenta la opinión de loas organizaci­ones territoria­les, como ocurrió en Cantabria con Ruth Beitia, o en Asturias con Teresa Mallada, dejando a un lado a la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández. A eso se suma que muchas de las personas apartadas

Pablo Casado y los candidatos del PP a la alcaldía de Madrid y a la Comunidad tienen un objetivo claro, ganar Madrid, para que sea “dique de contención del independen­tismo y del populismo”. El líder lo planteó y los candidatos hicieron suyo el reto. José Luis Martínez Almeida, que aspira a la alcaldía, se comprometi­ó a que no habrá más fotos como la que Manuela Carmena se hizo con Puigdemont, Junqueras y Romeva, cuando la alcaldesa les cedió una sala para que explicaran el procés, a lo que se había negado el Senado. E Isabel Díaz Ayuso, candidata a la Comunidad, se comprometi­ó a que no habrá fotos, “ni con los Otegi ni con quienes quieren acabar con la unidad de España”.

no habían apoyado a Casado en las primarias, en lo que algunos ven una verdadera purga, mientras que, como ha ocurrido en el PP de Madrid, se favorece a los amigos del líder popular, como son el candidato a la alcaldía, José Luis Martínez Almeida, y a la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, a quienes el propio Casado definió como dos “pata negra”.

A eso se suma que las organizaci­ones territoria­les no han tenido ningún papel en la convención que el PP celebrará el próximo fin de semana, que se ha presentado como el momento en el que el partido hará un “rearme ideológico”. A pesar de este propósito, desconocen qué se va a discutir, y lo que es peor, cómo podrán mostrar sus aportacion­es. Esperan que en esa convención tengan oportunida­d de hablar y, si no es así, levantarán la voz, advierten.

Crecen las críticas a la forma en la que el líder ha designado a los candidatos

Dirigentes territoria­les se quejan de no tener ningún papel en la convención ideológica

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Casado presenta a los candidatos de Madrid, Ayuso (Comunidad) y Almeida (Ayuntamien­to)
EMILIA GUTIÉRREZ Casado presenta a los candidatos de Madrid, Ayuso (Comunidad) y Almeida (Ayuntamien­to)
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain