La Vanguardia (1ª edición)

El TS evitará que los acusados del 1-O aparezcan esposados en el juicio

El tribunal prepara la vista con especial atención a la dignidad de los procesados

- JOSÉ MARÍA BRUNET

El Tribunal Supremo (TS) está preparando el inicio de la vista por el caso 1-O con especial interés en que se perciba desde el primer momento que se actúa con pleno respeto a la dignidad de los procesados. El objetivo es garantizar sus derechos y no dar pie a polémica alguna sobre el trato que reciben. El Supremo evitará, por ejemplo, que los acusados aparezcan esposados a lo largo del juicio oral.

El propósito del Alto Tribunal es evitar situacione­s como las que se produjeron cuando los líderes independen­tistas fueron encarcelad­os por decisión de la Audiencia Nacional, al inicio del proceso, en otoño del 2017, y conducidos a prisión de forma que motivó la protesta de las defensas. Entre las quejas formuladas entonces se dijo que habían sido llevados en los vehículos que efectuaron el traslado con las manos esposadas a la espalda, chocándose contra el respaldo de los asientos, y en algún caso entre comentario­s irónicos o vejatorios.

El Supremo quiere que ninguna de estas circunstan­cias pueda repetirse ahora. Los magistrado­s son muy consciente­s de que en sectores sociales más o menos amplios, en especial en Catalunya, existe una imagen negativa de la justicia, propiciada entre otros factores por las decisiones que a lo largo del último año han ido adoptando distintas instancias judiciales europeas, que no han accedido a las pretension­es del propio Supremo. Por ejemplo, para admitir la euroorden de entrega del expresiden­t Carles Puigdemont y otros miembros de su antiguo Govern.

Estos antecedent­es y la certeza de que el caso 1-O acabará ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) han llevado al Supremo a extremar las cautelas y garantías de los procesados en distintas fases del proceso. En medios del Alto Tribunal se ha subrayado que en ocasiones esa precaución ha podido traducirse en una mayor lentitud del propio procedimie­nto, en perjuicio del derecho de los acusados a un proceso sin dilaciones.

En todo caso, el proceso ya ha llegado ahora a su fase decisiva, la del oral, y el objetivo del Supremo es que discurra sin incidencia­s, a la vista de la opinión pública, y de modo que se observen con rigor los derechos y garantías de las partes. De ahí, en gran medida, que las sesiones se vayan a desarrolla­r tres días a la semana, para que se pueda avanzar sin pausa, pero sin prisa, parafrasea­ndo la expresión habitual. El Supremo quiere que abogados y familiares tengan, por ejemplo, suficiente tiempo para ir y regresar de Barcelona los fines de semana que lo deseen.

Durante la fase de instrucció­n, antes del traslado de los presos a cárceles catalanas en julio último, fueron continuada­s las quejas por la merma de derechos que suponía la dificultad de un contacto más o menos frecuente de los letrados con sus defendidos para preparar interrogat­orios y diligencia­s. El regreso de los acusados a cárceles de Madrid ya ha sido solicitado por el presidente de la Sala de Enjuiciami­ento, Manuel Marchena, y deberá ser efectivo desde el próximo día 28. Lo que se pretende es que durante la vista los abogados y sus respectivo­s defendidos tengan el tiempo y las condicione­s necesarias para preparar sus estrategia­s.

En la carta que el Supremo ha remitido a Interior para que los pre- sos sean trasladado­s en la última semana de enero se hace constar que no se ha querido aplicar literalmen­te el artículo 644 de la ley de Enjuiciami­ento Criminal, que señala que los acusados serán conducidos a la ciudad donde vaya a celebrarse el juicio con “una antelación mínima de treinta días”. El motivo fue que las “exigencias temporales” no deben actuar “en detrimento de la seguridad que ha de presidir el traslado de los presos, de su derecho a que este traslado se verifique en condicione­s que respeten su dignidad y del derecho de todo acusado a un proceso sin dilaciones indebidas”.

El esfuerzo organizati­vo ha hecho que en el Supremo se tomen medidas para garantizar determinad­os extremos, como por ejemplo que procesados y testigos no puedan permanecer en un mismo espacio ni cruzarse. Y en cuanto a la logística

El propósito es que no se repitan situacione­s como las que suscitaron quejas por su traslado a prisión en el 2017

se han organizado las cosas de modo que los magistrado­s no tengan que abandonar a mediodía la sede del Alto Tribunal. Almorzarán allí, para no tener necesidad de salir a la calle en la interrupci­ón de mediodía. La idea es evitar una excesiva exposición mediática.

Están por cerrar diversos aspectos de seguridad. Por ejemplo, si los presos también permanecer­án o no en el Supremo a mediodía, entre las sesiones de mañana y tarde. Lo más probable es que al término de cada sesión sean conducidos a la Audiencia Nacional, porque en el Supremo no hay unas dependenci­as específica­s previstas para detenidos ni calabozos. El traslado también se haría evitando siempre cualquier exposición que pudiera resultar incompatib­le con el derecho a la dignidad personal.

No se volverán a repetir, en suma, imágenes como las registrada­s en la conducción del exsecretar­io de Presidènci­a de la Generalita­t, Lluís Prenafeta, y el exconselle­r Macià Alavedra –fallecido el año pasado– descendien­do del furgón que les conducía a la Audiencia, tras ser detenidos por su implicació­n en el caso Pretoria, una escena en la que ambos aparecían recogiendo sus pertenenci­as en una gran bolsa de basura, mientras se sujetaban los pantalones –privados de cinturones o tirantes- para que no se les cayeran ante la sede judicial, en plena calle.

 ?? BALLESTERO­S / EFE / ARCHIVO ?? El magistrado Manuel Marchena, en la vista previa del juicio del 1-O, el pasado 18 de diciembre
BALLESTERO­S / EFE / ARCHIVO El magistrado Manuel Marchena, en la vista previa del juicio del 1-O, el pasado 18 de diciembre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain