La clave: conocer el territorio
“Buenas noches, patrulleros, empieza la ronda de vigilancia”. Es el mensaje que a las diez de la noche del sábado emite uno de los coordinadores de la vigilancia vecinal de Can Massuet a los tres vehículos que hacen la ronda. La noche es gélida, con dos grados bajo cero, lo que no impide que Verónica y Mireia, dos de las voluntarias, recorran la urbanización sin apenas bajar del vehículo. En una de las calles observan una puerta abierta y advierten al resto de patrulleros que van a inspeccionar mientras graban la operación con el móvil. Falsa alarma, un vecino que se ha olvidado de cerrar y que agradece el aviso. Más adelante un vehículo sospechoso ocupado por dos individuos a los que parece incomodar la vigilancia. Como si lo hubieran hecho toda la vida, las patrulleras dan aviso al resto de vigilantes: “Mientras nosotros les seguimos, venid de cara por la otra calle”. Finalmente el coche sospechoso desaparece. El movimiento de interceptación ha funcionado y las dos patrulleras respiran aliviadas. Satisfechas con sus guardias recuerdan que la policía local “nos repudia, pero los Mossos agradecen nuestro trabajo” y es que el conocimiento del territorio es clave para una óptima vigilancia, de ahí que los patrulleros de Dosrius no estén dispuestos a que el alcalde les deje al margen en todo aquello que afecte a su seguridad.