El Gobierno griego se rompe tras el acuerdo por el nombre de Macedonia
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, se enfrentará mañana a una moción de confianza después de que el acuerdo con Macedonia para resolver un largo litigio sobre el nombre del país vecino haya hecho saltar por los aires su coalición de Gobierno.
Panos Kamenos, el ministro de Defensa y líder de la formación nacionalista Griegos Independientes (ANEL) que gobierna con la izquierdista Syriza desde hace cuatro años, dimitió el domingo. Se opone a que los vecinos del norte pasen a llamarse Macedonia del Norte, el nombre pactado entre Atenas y Skopie bajo presión de EE.UU. y la UE y rechazado por los nacionalistas de ambos lados.
Tsipras convocó de inmediato una cuestión de confianza, cuyo debate arrancará hoy en el Parlamento y se votará el miércoles, probablemente bien entrada la noche como es habitual en Grecia. Si la pierde, Tsipras ha dicho que convocará elecciones anticipadas, aunque sólo debería avanzarlas algunos meses al final de mandato, en otoño.
El Parlamento macedonio aprobó la semana pasada el polémico acuerdo y ahora el último trámite depende del Parlamento griego. Tsipras ha subrayado que no se irá sin completar la ratificación, para lo cual tiene garantizada la mayoría simple al contar con el apoyo del partido centrista To Potami.
Todo indica que Tsipras superará también la moción de confianza. Aunque Syriza sólo tiene 145 escaños sobre los 300 del Parlamento, cuatro diputados de ANEL han dicho que votarán a favor de Tsipras. La ministra de Turismo, Elena Kuntura, fue ayer expulsada del partido después de anunciar públicamente que no seguiría las órdenes de su líder y apoyaría al primer ministro. Kamenos la acusó de vender a Macedonia “por un sillón”.
Tsipras dijo que dimitirá si no consigue 151 votos (aunque la ley le permitiría seguir con 150), por lo que necesita sólo dos votos más.
El primer partido de oposición, el conservador Nueva Democracia, que aventaja en los sondeos por entre 8 y 12 puntos a Syriza, se opone ferozmente al acuerdo con Skopie. Y eso a pesar de que cuando gobernaba también puso encima de la mesa soluciones que contenían la palabra Macedonia. Los nacionalistas griegos se niegan a que el nombre de los vecinos incluya este término, que es el nombre de su provincia septentrional y tiene reminiscencias sentimentales sobre la herencia cultural helena.
La disputa por el nombre enfrenta a Atenas y Skopie desde 1991 y ha bloqueado el ingreso macedonio en la UE y la OTAN, por lo que Europa y EE.UU. han presionado a ambos países a llegar a un acuerdo.