El asesinato a cuchillazos del alcalde de Gdansk conmociona Polonia
El alcalde de la ciudad polaca de Gdansk, Pawel Adamowicz, murió ayer por los cuchillazos que el domingo por la noche sufrió de manos de un expresidiario. Es el primer alto funcionario polaco asesinado en ejercicio desde el fin del régimen comunista en 1989.
Adamowicz, político independiente pero apoyado por la opositora Plataforma Cívica, fue acuchillado por Stefan W., un exconvicto de 27 años que había salido de prisión a finales de 2018 tras cumplir condena por robo a mano armada a entidades bancarias de Gdansk.
El ataque se produjo frente a la multitud que asistía a un popular acto benéfico, y después de apuñalar al alcalde Adamowicz el agresor tomó un micrófono para asegurar que con su ataque buscaba vengarse por haber sido “injustamente encarcelado y torturado por (el partido) Plataforma Cívica”.
Según las primeras investigaciones, Stefan W. actuó de manera “irracional” y en solitario. Las autoridades también han informado de que el arma homicida es un cuchillo con una hoja de 14 centímetros de longitud. La fiscalía ya lo ha acusado formalmente de asesinato, lo que podría conllevar una pena de cadena perpetua. El viceministro del Interior, Jaroslaw Zielinsk, precisó que el atacante “sufrió trastornos psiquiátricos” en el pasado.
Adamowicz, de 53 años, era alcalde de Gdansk desde 1998, y el pasado otoño consiguió la reelección con el 65% de los votos. Era una de las figuras del entorno de Plataforma Cívica más activa en su oposición al partido gobernante en Polonia, Ley y Justicia, y había enarbolado varias campañas a favor de los refugiados y contra las polémicas reformas emprendidas por el Gobierno polaco, que han creado malestar en la Unión Europea.
Su asesinato ha conmovido Polonia, y políticos de todas las tendencias han condenado el crimen y hecho llamamientos a la calma. El crimen no tiene en principio un motivo político, pero se produce en un trasfondo de fuerte tensión.
En 2017, un grupo de extrema derecha colgó fotografías de seis parlamentarios polacos opositores en una horca improvisada en una plaza pública del sur de Polonia. El año pasado, en la marcha que conmemoró el centenario de la recuperación de la independencia polaca, el presidente Andrzej Duda y el primer ministro Mateusz Morawiecki se manifestaron por el centro de Varsovia junto a grupos de ultraderecha con símbolos neofascistas.