Capitanía Marítima prohíbe zarpar al ‘Open Arms’
El buque de salvamento queda varado en el puerto de Barcelona al denegarle el permiso para desplazarse a aguas internacionales
El barco de la organización Open Arms debería estar hoy mismo de rumbo al norte de Libia en una nueva misión de rescate de migrantes pero la Capitanía Marítima se lo ha impedido. El órgano dependiente del Ministerio de Fomento le ha denegado el permiso para desplazarse a aguas internacionales y sólo le permite zarpar del puerto de Barcelona si lo hace para operar en aguas españolas.
La resolución de Capitanía justifica la decisión por temas de seguridad. El documento que mantiene en tierra al barco deniega el permiso por la vulneración del derecho marítimo internacional de países de la zona como Libia, Italia y Malta, que se están negando a acoger los náufragos rescatados. La situación de rechazo a la acogida de migrantes de esos gobiernos obliga al Open Arms y el resto de embarcaciones que llevan a cabo tareas humanitarias a esperar durante días hasta encontrar un puerto seguro en el Mediterráneo en el que poder dejar a los migrantes en tierra.
El documento está firmado por el capitán marítimo de Barcelona, Javier Valencia, el mismo que hace dos semanas impidió que fuese el Open Arms el barco usado por los Reyes Magos para llegar a la capital catalana desde el mar. La decisión se atribuyó a motivos técnicos aunque algunas contradicciones parecían indicar que provocaba cierta incomodidad en algunos despachos otorgar protagonismo a la organización humanitaria. Otro de los motivos que esgrime el documento que les prohíbe zarpar hacia aguas internacionales es que “el buque que presta auxilio puede carecer de las instalaciones y el equipo necesarios para acoger un número adicional de personas a bordo sin poner en peligro su propia seguridad o para cuidar adecuadamente a los supervivientes”. Capitanía considera que el barco de la oenegé catalana no cuenta con los certificados que garanticen el cumplimiento de la normativa internacional para el transporte de un número elevado de personas ya que la embarcación está certificada para llevar a bordo 18 personas en su funcionamiento normal.
El fundador de la oenegé Proactiva Open Arms, Òscar Camps, calificó los argumentos de Capitanía Marítima como una “alegación sin fundamentos” y reivindicó que ningún barco de salvamento marítimo tiene permiso para transportar personas. Amparándose en el derecho internacional, los náufragos se consideran pasajeros fortuitos y no se tiene en cuenta la certificación de la nave para subirlos a bordo.
La oenegé de Badalona ha presentado alegaciones a la decisión, que avanzó el diario Ara ,yseencuentra a la espera de una respuesta. Mientras, el barco sigue atracado en el puerto de Barcelona y la cosa puede ir para largo ya que el proceso administrativo tiene capacidad de alargarse hasta tres meses si no se acelera de alguna manera. Para Camps, la decisión de Capitanía Marítima implica “poner en marcha el contador de muertos”.
El ministro de Fomento, José Luís Ábalos, defendió que se trataba de un simple acto administrativo recurrible y negó arbitrariedad alguna en la decisión, asegurando que se trata de una cuestión administrativa y no política. Remarcó este aspecto ya que la diputada de En Comú Podem Marta Sibina advirtió que no darán “ningún tipo de apoyo” a Pedro Sánchez hasta que no se solucione la situación del Open Arms. Más conciliadora, la alcaldesa Ada Colau se ofreció a intermediar con el Gobierno para desbloquear la situación.
La prohibición se atribuye a la negativa de países como Italia y Malta para acoger a los migrantes rescatados