La estación de Provença separará entradas y salidas
La ampliación del andén en sentido Vallès permitirá reordenar los flujos de acceso a la segunda instalación más concurrida de FGC
Nadie imaginaba cuando se construyó la estación de Provença hace casi un siglo que acabaría teniendo el volumen de usuarios que registra hoy en día. Es la segunda instalación más utilizada de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y su andén es inferior a los tres metros de ancho. El colapso que se vive en hora punta es claustrofóbico para los 4.700 usuarios por hora que pasan por la estación e incluso alarmante a nivel de seguridad pese a las mamparas que se instalaron hace años para evitar caídas a las vías.
La solución que se lleva esperando hace años es la ampliación de los andenes. Las obras, proyectadas desde antes de la crisis e iniciadas en noviembre del 2016, parecía que no iban a acabar nunca. Ahora ya ven la luz al final del túnel y se espera que para Sant Joan, a finales de junio, hayan finalizado.
El nuevo espacio de espera proyectado para los pasajeros triplica el claustrofóbico andén que hay actualmente
A partir de entonces, el andén en dirección Vallès pasará de los tres metros actuales a ocho en el tramo de la vía más cercano a la calle Rosselló, los primeros 27 metros en los que para la cabecera del tren, donde se acumulan los pasajeros que, en muchos casos, combinan el ferrocarril con el metro.
La apertura de una nueva galería para ensanchar el andén supondrá también un cambio en el funcionamiento de la estación con el objetivo de mejorar la accesibilidad y la comodidad de los usuarios. La parte que actualmente se encuentra en obras tendrá un nuevo vestíbulo y una escalera mecánica de bajada que será exclusivamente para entrar al anden, mientras que la estrecha escalera actual en la que chocan los que suben y los que bajan pasará a ser únicamente de salida. Es un método utilizado en diversos países europeos pero poco habitual por estas latitudes.
El conseller de Territori, Damià Calvet, lo ha presentado como “una solución novedosa para dar respuesta a un reto puntual”. Será la única estación de Ferrocarrils en la que se separarán los flujos de enla trada y salida. De hecho, ni tan siquiera será en toda la estación, únicamente en el renovado acceso de Rosselló, que es el más frecuentado porque tiene correspondencia con la estación de Diagonal de las líneas 3 y 5 de metro. Los pasajeros que entren por el otro vestíbulo, el de la calle Provença, compartirán escaleras para subir y bajar como lo hacen actualmente.
Las obras no eran fáciles y se han alargado más de la cuenta debido a complejidad del lugar, bajo la calzada de la calle Balmes, a muy poca profundidad. La ampliación de la instalación se ha hecho sin cortar el tráfico ferroviario excepto en momentos puntuales durante algunos fines de semana y las vacaciones escolares. Aunque no sean conscientes, los pasajeros que se apretujan en el andén cada día se apoyan en una pared tras la cual se lleva trabajando desde hace meses.
La excavación de la nueva galería que permite ampliar el andén se completó en noviembre del 2018 tras cinco meses de excavación y se ha reforzado con encabalgamientos metálicos que refuerzan la estructura abierta bajo los edificios de la calle Balmes. El espacio ganado que se convertirá en la esperada ampliación se conecta con el andén de toda la vida mediante cuatro grandes aperturas de cinco metros de ancho que permitirán triplicar el espacio actual.
Con la obra civil prácticamente acabada, en las próximas semanas se tapará el agujero que ahora deja al descubierto la galería excavada y se llevarán a cabo las instalaciones que convertirán lo que ahora todavía es un túnel polvoriento en un luminoso vestíbulo por el que se podrá entrar pero no salir.