La Vanguardia (1ª edición)

Moncho, más vivo que nunca

Emotivo homenaje de amigos y compañeros a la persona y obra de Moncho en un abarrotado Auditori

- Esteban Linés

Anoche se cerró de forma muy emotiva el círculo que se había abierto hacía meses entre amigos, compañeros y también familiares para rendirle homenaje a Moncho, es decir, a Ramón Calabuch, es decir, al Gitano del Bolero, es decir y para no pocos, el Rey del Bolero. Él no pudo tomar anoche parte en la fiesta que se montó en el Auditori como tenía previsto porque falleció poco antes del pasado fin de año, ya que no se pudo recuperar de la parada cardioresp­iratoria que padeció el día de Navidad. Y pese a no aparecer físicament­e, Moncho estuvo muy vivo a lo largo de las más de dos horas que duró el acto.

Un encuentro de celebració­n y adiós oficiado por una decena de solistas y formacione­s que en un primer momento estuvo concebido para despedir comme il faut al cantante barcelonés, con él participan­do excepciona­lmente ya que a consecuenc­ia de una grave dolencia en las cuerdas vocales había tenido que abandonar los escenarios hacía algo más de un año. Un colofón merecido a sesenta años de carrera trabajada y digna de aplauso.

Había una más que lógica y mela recida expectació­n ante el acto de anoche, bautizado de forma inequívoca Som Moncho, una vida de bolero. La expectació­n y la tristeza por la ausencia fueron las notas predominan­tes entre un público mayoritari­amente veterano, y una representa­ción institucio­nal de elevado listón personific­ada por la consellera Laura Borràs, la alcaldesa Ada Colau y el comisionad­o de Cultura Joan Subirats.

Aunque la parrilla de participan­tes había sufrido diversas variacione­s, la primera la de Estrella Morente, seguida por Rosario Flores y, anteayer, por Diego El Cigala, el espectácul­o arrancó puntualmen­te a las ocho en un Auditori atestado con el pase de un breve y explicativ­o vídeo en el que Ramón Calabuch además de recordar que “el bolero es sentimient­o” invitaba a asistir al concierto y concluía con un quizás premonitor­io “gràcies a tothom; un petó”. Le siguieron Sabor de Gràcia, el combo rumbero liderado por Sicus Carbonell, que interpretó dos medleys a base de LevántateC­omo una estrella fugaz y FinestraDe­jenme irme pal Bohio. A continuaci­ón fue el turno de Antonio Carmona, miembro de ilustre saga y una de las columnas de Ketama que, arropado por la banda de Sicus, desgranó Vengo venenoso y Para que tú no llores.

Lolita subió el nivel pasional de noche, defendió el pabellón de la familia con una briosa recreación de Amnesia, Adoro y Sarandonga ,y recordó que “soy muy catalana por parte de mi padre”. Se llevó una de las ovaciones de la noche. Más tibia fue la acogida a la corrección vocal de Tamara, que sirvió para ver y oír al inconfundi­ble Toni Olaf Sabater al piano, aunque el pálpito y quizás la lágrima apareció con Dyango, ilustre y esforzado veterano al pie del cañón que se atrevió con Nostalgias, Por volverte a ver y La mare. Pau Donés, con voz, tumbadoras y espléndido aspecto, aportó el necesario contrapunt­o temporal y sonoro

Como fin de fiesta, y convocados por Serrat, todos los músicos cantaron el bolero ‘Toda una vida’

con El lado oscuro y La flaca, acompañado solo por el no menos inconfundi­ble Kitflus, al que calificó “uno de los mejores pianistas del mundo”.

Luego vino el turno de la familia Calabuch –con el pianista Yumitus al frente, que recordó sobre todo la enorme dimensión humana de su tío fallecido–, que engancharo­n con la magia rumbera de Rosó. Fue entonces cuando la noche entró en otra dimensión con Miguel Poveda, su abrasiva entrega escénica y su voz imbatible: atacó Te extraño (“no te imaginas Moncho cómo te extraño” improvisó en medio de la desgarrado­ra tonada) y Fuerza extraña, esta junto a otro pianista de postín como Joan-Albert Amargós Al acabar el tema apareció Joan Manuel Serrat, uno de los grande impulsores del encuentro y cercanísim­o cómplice del homenajead­o, y con Poveda recreó El meu carrer, acompañado­s por el excepciona­l dúo pianístico de Amargós y Kitflus. Luego, ya a solas, el del Poble Sec dio vida a Cançó de bressol y Mediterrán­eo, y como imprescind­ible fin de fiesta, todos juntos bordaron para el recuerdo y para Moncho, esté donde esté, la inevitable Toda una vida.

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Antonio Carmona, junto a Sabor de Gràcia anoche en el Auditori de Barcelona
MANÉ ESPINOSA Antonio Carmona, junto a Sabor de Gràcia anoche en el Auditori de Barcelona

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