Ataque yihadista en un hotel y un complejo de oficinas en Nairobi
Al menos 7 personas mueren en Kenia por el atentado del grupo Al Shabab
Nairobi vivió ayer una nueva pesadilla yihadista. Poco antes de las tres de la tarde, cuatro hombres armados irrumpieron en un hotel de lujo y un complejo de oficinas de la capital de Kenia y provocaron al menos siete muertos y otros siete heridos, según fuentes hospitalarias. La cifra de víctimas podría aumentar ya que las autoridades kenianas aun no han dado por concluida la operación contra los terroristas.
El jefe de la policía, Joseph Boinnet, habló de “ataque coordinado”. Tras detonar un artefacto explosivo en la entrada de una oficina bancaria, que hirió a varias personas e incendió tres vehículos, un suicida se hizo explotar en el vestíbulo del hotel Dusit, muy frecuentado por extranjeros. El resto de atacantes continuó su ataque con ametralladoras y granadas de mano contra los clientes de un café y en los pisos superiores del edificio, que cuenta con 101 habitaciones. Apenas unas horas después de las primeras explosiones, la banda somalí Al Shabbab, hermanada con Al Qaeda y que ha golpeado en varias ocasiones en suelo keniano en los últimos años, reivindicó el ataque y justificó su acción por la presencia de tropas kenianas en suelo somalí.
Desde el inicio, la sospecha terrorista cruzó una ciudad habituada a los controles y el uso de detectores de metales antes de entrar a cada hotel o centro comercial. Para el suizo Serge Medic, dueño de una compañía de seguridad y que se encontraba en el lugar del ataque, quedó claro rápidamente que era un atentado. “La puerta principal del hotel saltó por los aires y vi un brazo humano en la calle que había sido arrancado a la altura del hombro”, explicó. Las víctimas que huían de la escena describían la misma escena de horror: hombres con la cara tapada con turbantes y bandas de munición en el pecho disparaban indiscriminadamente mientras buscaban a civiles escondidos. En varios vídeos grabados por testigos y cámaras de seguridad de los establecimientos, se veía cómo a medida que la policía accedía al edificio, decenas de personas, tras cerciorarse que eran agentes de la autoridad, salían aterrados de sus escondites para pedir protección y ponerse a cubierto.
La agresión de ayer trajo recuerdos turbios para Kenia, que sufre ataques yihadistas desde hace más de dos décadas. En el año 1998, un atentado contra la embajada americana en Nairobi reivindicado por Al Qaeda provocó 213 muertos y más de 5.000 heridos. Desde que en el año 2011 las tropas kenianas entraron en Somalia para enfrentarse a Al Shabab, los atentados han aumentado en la frontera y en algunas de las principales ciudades del país. En el año 2013, militantes de la banda somalí asaltaron el centro comercial Westgate, a apenas cuatro kilómetros de distancia del lugar atacado ayer, y mataron a 67 personas e herieron a más de 200. Dos años después, los islamistas golpearon la universidad de Garissa, en el este del país, y asesinaron a 148 estudiantes kenianos.
Un suicida se hizo explotar en el hotel y 3 individuos dispararon con ametralladoras y granadas a los clientes