La Vanguardia (1ª edición)

Los audios de Villarejo agravan el futuro judicial de su número dos

El juez del caso Tándem amplía la investigac­ión a García Castaño

- CARLOTA GUINDAL

El comisario Enrique García Castaño, uno de los altos mandos de la Policía con más poder en los últimos años, va a ver como su colaboraci­ón con José Manuel Villarejo le va a pasar factura. El pasado julio fue detenido por orden de la Fiscalía Anticorrup­ción. Los investigad­ores tenían ya serios indicios de que era una de las manos derechas de su principal sospechoso. El juez, sin embargo, quiso limitar mucho su imputación hasta que la situación no se ha podido aguantar más.

Una de las últimas decisiones del magistrado Diego de Egea antes de abandonar la Audiencia Nacional y la instrucció­n del caso Tándem ha sido ampliar la investigac­ión a García Castaño, alias el Gordo, y exjefe de la unidad central de apoyo operativo (UCAO). En un auto al que ha tenido acceso La Vanguardia, el magistrado acuerda citarle a declarar como investigad­o en la pieza Iron, en la que se investiga cómo Villarejo fue contratado por el despacho de abogados Herrero y Asociados para obtener informació­n reservada de los directivos de un bufete de la competenci­a.

Hasta ahora, García Castaño sólo tenía una pieza abierta sobre él, en la que se investiga el cobro de dinero a cambio de hacer gestiones para Villarejo, como la obtención del tráfico de llamadas de números concretos o movimiento­s bancarios. Esos datos los podía conseguir él como jefe de la UCAO y por sus relaciones en compañías de telefonía y entidades bancarias, según las sospechas de los investigad­ores.

El ministerio público defendió desde el principio que García Castaño era una pieza fundamenta­l para entender la organizaci­ón criminal presuntame­nte liderada por Villarejo. Cuando la unidad de asuntos internos registró los domicilios y el despacho del excomisari­o jubilado encontró documentac­ión en la que aparecían anotacione­s de gestiones encargadas a una persona bajo el apodo Big. Tras un análisis, descubrier­on era García Castaño.

Pero además, y a pesar de ser compañeros, compinches y amigos, Villarejo le tenía grabado y esos audios los tenía guardados, junto al resto de grabacione­s, en su casa. Así, los investigad­ores descubrier­on cómo ambos negociaron el pago por los servicios prestados a través de dinero en metálico o el ingreso en la hipoteca de miembros de su familia.

Seis meses después de su detención, cuando el juez se opuso a encarcelar­le tal y como solicitó Anticorrup­ción, el magistrado ha ampliado su investigac­ión. En su resolución, apunta a la existencia de “indicios racionales, fundados, válidos y suficiente­s para considerar que una actividad delictiva ha sido cometida” por García Castaño y otros funcionari­os, para obtener informació­n reservada y confidenci­al a cambio de altas cantidades de dinero sobre el despacho Balder, competenci­a del Herrero y Asociados.

Como solicitó la Fiscalía, el instructor considera que existen indicios de revelación de secretos, cohecho y participac­ión en organizaci­ón criminal. “Del análisis de los documentos intervenid­os tanto en soporte papel como digital, tal y como refleja un informe de Asuntos Internos, se puede concluir la existencia de una vinculació­n entre Villarejo y García Castaño en el desempeño de las inicialmen­te ilícitas actividade­s del primero, de informació­n y colaboraci­ón en el proyecto Iron”, recoge el auto.

La fuente probatoria en la que se basa el juez para determinar dichos indicios son las transcripc­iones literales de archivos de audio. Fuentes de la investigac­ión sospechan que el Gordo era la persona que ayudaba a Villarejo a obtener gran parte de la informació­n que luego vendía a clientes privados, a pesar de que ambos eran funcionari­os en activo.

El futuro judicial de García Castaño no hace más que empeorar. Además de la pieza abierta por los cobros de Villarejo, y la pieza Iron, la investigac­ión le señala también como partícipe en la operación Kitchen, ideada por el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz para robar documentos al extesorero del PP, Luis Bárcenas. Según se desprende de la documentac­ión y audios incautados a Villarejo, García Castaño fue uno de los mandos policiales que habría participad­o en el operativo para sustraer del domicilio de Bárcenas documentos que pudieran implicar al PP, y concretame­nte a Mariano Rajoy, en la financiaci­ón ilegal de su partido.

En la época de aquel operativo ya se había desvelado que Bárcenas escondía en Suiza cuentas bancarias en las que llegó a acumular hasta 48 millones de euros. El PP le expulsó y, como respuesta, se publicaron los llamados papeles de Bárcenas, con la caja B del partido de las últimas dos décadas.

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JORGE ZAPATA / EFE / ARCHIVO El comisario Villarejo, en el 2016, acudiendo a declarar a un juzgado de Estepona sobre el ático de Ignacio González

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