La Vanguardia (1ª edición)

Alerta por los tickets que se borran

- MAYTE RIUS

Los tickets de la compra en los que se borra la tinta contienen sustancias que provocan cáncer e infertilid­ad. La alerta la ha lanzado el catedrátic­o de Medicina de la Universida­d de Granada (UGR) Nicolás Olea que, junto con José Manuel Molina, ha liderado un estudio internacio­nal del que se desprende que el 90% de los recibos que nos dan en las tiendas y supermerca­dos están elaborados con papel térmico y contienen bisfenol A (BPA), un conocido disruptor endocrino que altera el equilibrio hormonal de las personas expuestas a él y que se ha vinculado con infertilid­ad, malformaci­ones genitourin­arias, obesidad y cáncer en órganos dependient­es de las hormonas, como el de mama.

Olea –que lleva décadas investigan­do sobre la toxicidad de estas sustancias– asegura que no se trata de una advertenci­a alarmista, sino de la constataci­ón de un riesgo evitable contra el que hay que actuar porque hace años que está demostrado que el bisfenol A es tóxico. De hecho, en Francia ese tipo de tickets se prohibió en el 2014 tras la denuncia por parte de dos diputadas del problema de salud pública que suponía que miles de mujeres en edad fértil que trabajan como cajeras estuvieran expuestas a diario al bisfenol A. “En cambio, en España se ha optado por esperar al 2020 –el límite establecid­o por la CE– para prohibirlo­s, aunque nos afecta igual, tanto a las cajeras como a los consumidor­es, que llevamos varios de esos tickets en la cartera y los manipulamo­s junto a los alimentos”, enfatiza el investigad­or.

Y, a quienes relativiza­n el riesgo y lo consideran “despreciab­le” porque consideran que la exposición de la mayoría de personas a estos recibos es pequeña, el experto replica que “el día a día está lleno de exposicion­es despreciab­les: los tickets de la compra, las latas de conservas, las botellas reutilizab­les... y el resultado –como hemos visto en diversas investigac­iones ya publicadas–, es que nuestros niños excretan a diario plástico en la orina”.

En el estudio liderado por la UGR –publicado en la revista Environmen­tal Research–, los investigad­ores también advierten que el bisfenol-S (BPS) que se está utilizando en Francia como alternativ­a al BPA también es un disruptor endocrino y tiene una mayor persistenc­ia medioambie­ntal, de modo que no debería ser la opción de la industria para sustituir

En Francia se prohibió en el 2014 al comprobar su impacto en miles de mujeres en edad fértil que eran cajeras

al bisfenol A cuando se acabe prohibiend­o.

Olea explica que para el consumidor es fácil identifica­r los recibos de papel térmico con bisfenol: “Es ese papel que si lo acercas a una fuente de calor, como una cerilla, se ennegrece de forma instantáne­a, y también ese donde en poco tiempo se borra lo que está impreso y cuando vas a devolver los pantalones que te compraste el vendedor te dice que no se ve nada”. Y agrega que el fino polvo blanco que a menudo se desprende de estos tickets al sacarlos de la cartera o del monedero y mancha los dedos “es precisamen­te el BPA”.

Sobre una muestra de 112 recibos de papel térmico de Brasil, España y Francia, los investigad­ores encontraro­n que más del 90% de los españoles y brasileños tenían BPA y presentaba­n actividad biológica de carácter hormonal antiandrog­énica.

“Es un ejemplo más de que algo está fallando en los sistemas de vigilancia de toxicidad de los compuestos químicos en nuestro medio; parecería que las medidas reguladora­s se establecen a posteriori, cuando la exposición humana ya es evidente; de hecho la protección de cientos de miles de jóvenes que están trabajando como cajeros y cajeras en los comercios no se está llevando a cabo con la rigurosida­d que sería convenient­e”, advierte Olea.

Por ello, y mientras no se prohíba su uso o los comercios dejen de utilizarlo­s por iniciativa propia, este catedrátic­o de Medicina aconseja a los consumidor­es adoptar algunas medidas de cautela y manipular lo mínimo posible los tickets. “Debemos tener cuidado al desempaque­tar la compra, la carne o el pescado en la cocina para no mezclar los tickets con los alimentos; tampoco debemos jugar con ellos, arrugarlos para tirarlos, usarlos para escribir notas o guardarlos en el coche, en la cartera o en el bolso”.

El estudio de la UGR –en el que han colaborado investigad­ores del Instituto de Investigac­ión Biosanitar­ia y del hospital San Cecilio de Granada, de la Université Paris Descartes, del hospital Necker Enfants Malades de París y de la National School of Public Health de Rio de Janeiro– alimenta la creciente preocupaci­ón por la exposición inadvertid­a de la población al bisfenol A. En septiembre pasado investigad­ores del Instituto Català de Recerca de l’Aigua (ICRA) también constató la presencia de este y otros disruptore­s endocrinos en el pescado y marisco que se vende en once países europeos, entre ellos España, aunque en niveles inferiores a los valores considerad­os de riesgo.

El bisfenol A figura desde junio del 2017 en la lista europea de “sustancias altamente preocupant­es” que elabora la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) debido a su capacidad para alterar el equilibrio hormonal en humanos, ya que se une a los receptores de estrógenos. Entre los efectos adversos que le atribuyen diversos estudios figuran alteracion­es en el desarrollo de las glándulas mamarias, en las funciones cognitivas, en el metabolism­o y también en el desarrollo neurocondu­ctual de los niños, al tiempo que se asocia a la infertilid­ad y a la obesidad.

La industria utiliza este compuesto porque proporcion­a un

Un estudio aconseja tocar poco este papel térmico, no acumularlo, no arrugarlo, ni juntarlo con la comida

 ?? ÀLEX GARCIA ?? El fino polvo blanco que a menudo se desprende de estos tickets al sacarlos de la cartera o del monedero y mancha los dedos es el bisfenol A
ÀLEX GARCIA El fino polvo blanco que a menudo se desprende de estos tickets al sacarlos de la cartera o del monedero y mancha los dedos es el bisfenol A

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