Vivir en cinco metros
Una mujer y su hijo dejan, gracias a un acto solidario, el trastero donde han habitado dos meses
En ocasiones el periodismo ayuda a agilizar la solución a situaciones injustas y, como en este caso, realmente desesperantes. Es la mejor cara del oficio. Porque la historia de Rosario Planas, de 66 años de edad, y de su hijo, de 35 años y discapacitado mental, dada a conocer por el diario Levante-EMV, roza casi la tragedia: ha vivido durante casi dos meses en un trastero de apenas cinco metros cuadrados, por el que pagaba 50 euros al mes. Su historia, conocida el domingo, ha provocado la rápida reacción de los servicios sociales del Ayuntamiento de València y de la Generalitat Valenciana, que han puesto en marcha las soluciones de urgencia, según han confirmado a este diario.
Pero mientras, ha sido la solidaridad de la Coordinadora de Estibadores del Puerto y de una empresa de frutas lo que ha permitido rescatarla del trastero y trasladarla a un hotel ante la amenaza de la propietaria del cubículo de desahuciarla. Lugar en el que ambos podrán estar al menos dos semanas. Se le están tramitando las ayudas de urgencias de la corporación municipal, se le busca una vivienda social a través de la Conselleria d’Habitatge y se le tramita también la Renta Valenciana de Inclusión, cuya ley ha sido aprobada recientemente por el Parlamento Valenciano, para que pueda volver a disponer de recursos económicos con los que poder llevar una vida digna.
La historia de Rosario sigue el patrón que por desgracia está afectando a decenas de miles de personas en España a causa del denominado boom de los alquileres. Lo cuenta ella misma. Rosario y su hijo, con una discapacidad de más del 60%, vivían en una vivienda por la que pagaban 370 euros al mes, la misma finca en la que se encuentra el trastero. El pasado mes de octubre la propietaria los desalojó, pues el alquiler era poco para lo que podía lograr con otros inquilinos. En Valencia, como en otras ciudades, los alquileres se han disparado, en algunos barrios más del 60% en poco tiempo.
Como las desgracias nunca vienen solas, Rosario perdió el trabajo que tenía para aliviar su delicada situación. Cuidaba a un anciano, pero hace poco se rompió un pie y no pudo seguir. Con lo que ese aumento de precio de alquiler que se le pedía ya era imposible de cubrir.
La mujer intentó buscar algún lugar donde vivir por menos de 400 euros, cantidad que podía reunir con la pensión de su hijo y con la suya. Pero no lo encontraba. “Ha sido imposible”, reconocía a los medios de comunicación.
Rosario, natural de Almansa, Albacete, se separó a los 29 años, y vivía hace un tiempo con sus cuatro hijos, pero tres de ellos optaron por ir a vivir con amigos y se quedó sola con el hijo que sufre una discapacidad mental y que todos los días acude al Centro de Referencia Estatal de Atención Psicosocial a Personas con Trastorno Mental Grave (Creap).
Ante tal situación, Rosario alquiló el trastero de la vivienda por 50 euros al mes. Un espacio de cinco metros cuadrados en el que había depositado todos sus enseres, en el que dormía y en el que vivía junto a su hijo. Una situación dramática, pues en ese cubículo se acumulaban productos de aseo, comida, ropa, utensilios y un gran número de objetos que hacían que su vida fuera totalmente miserable.
Fuentes de la administración valenciana reconocen que Rosario pidió ayuda a los servicios sociales y que se le concedió el certificado de exclusión. Pero este le fue enviado hace tiempo por correo y no le llegó. De tal manera que ella, al entender que no tenía ayudas, optó por una solución desesperada que ahora ha asombrado a la opinión pública valenciana. Pero esa misma administración valenciana asegura que en breve Rosario Planas podrá tener acceso a los recursos que eviten que vuelva a tener que vivir en un trastero de cinco metros.
Rosario ha sido víctima del aumento de precios de alquiler de más del 60%
Los servicios de la administración tramitan de urgencia las ayudas para ella