Flamígero y venenoso
Guadalupe Plata
Lugar y fecha: La [2] de Apolo (11/I/2019) En tiempos de trap y reggaetón el blues puede parecer anacrónico. Nada más lejos de la realidad si quien lo practica es el grupo jienense Guadalupe Plata, que se ha convertido en toda una institución. La sala pequeña de Apolo se vistió de gala para recibirlos en la que era presentación de su quinto disco, sexto si contamos el nada desdeñable EP de debut. Sus álbumes ni siquiera tienen título; como el buen vino los determina la añada. La cosecha del 2018 fue especialmente buena, incidiendo en los temas que les son queridos: la muerte, serpientes, llamas, aullidos y una negrura que se añade a los recurrentes diablos, cementerios, navajazos, funerales, ratas y gatos negros.
Una cosmogonía tenebrosa acorde con su flamígero y venenoso sonido que se sustenta sobre el formato básico de trío, con un bajobarreño de una cuerda, escueta batería y una vieja guitarra eléctrica de caja que toca su cantante y líder Pedro de Dios. Lo de cantar es un decir porque se pasa la mitad del tiempo profiriendo sonidos guturales indescifrables. Su fuerte son las seis cuerdas a las que exprime, ya sea con punteos, ritmo o el indispensable dedal deslizante metálico.
El único instrumento nuevo es una ocasional botella de anís, ideal
Milana, santos inocentes