Retratando al macho
Marc Rosich examina con ironía en la sala Atrium las costumbres del hombre machista
Un retrato del hombre machista y de las costumbres del heteropatriarcado. Un retrato repleto de humor e ironía, exagerado, hiperbólico, rozando el teatro del absurdo. Con situaciones llevadas al límite y protagonizadas por hombres que, dice su autor y director, Marc Rosich, “utilizan sobre todo la violencia verbal”. Situaciones, añade, que acaban configurando “un retrato del monstruo, sobre todo en estos tiempos en los que, como vemos con el ascenso del partido que no podemos nombrar, el machismo y el fascismo se quitan la máscara, se muestran sin ningún pudor. Los personajes de nuestra obra se muestran también machistas sin ningún pudor”.
La pieza, protagonizada por Xavier Pàmies, Alba Pujol, Carla Ricart y Joan Sureda, y que se estrena hoy en la sala Atrium, tiene un título sarcástico: ASAP (Actes de solidaritat amb el patriarcat). Son actos, en plural, porque en escena Rosich reúne textos breves que ha escrito a lo largo de los años y que tenían como común denominador a “unos hombres autoconscientes de su poder y de que tienen la sartén por el mango tras siglos mandando. Y que utilizan este poder mediante la palabra, en escena no hay violencia física ni sexual explícita”. Un contraste con unas conversaciones muy masculinas, con mucho sexo oral, y con una escenografía que es un extraño ring “con elementos que recuerdan a lugares sórdidos donde se puede tener sexo sórdido, como unos urinarios”, apunta. “Todo para hacer un dibujo irónico, desasosegante y perturbador de una sociedad que, lo queramos o no, aún está muy arraigada en el patriarcado”, concluye Rosich.