La Vanguardia (1ª edición)

Un lazarillo para el piloto

El copiloto Àlex Haro es el 50% del éxito de Nani Roma, la dosis exacta de calma y punch

- TONI LÓPEZ JORDÀ TRES REQUISITOS NECESARIOS

Baumel, Castera, Cruz, Elena, Cottret, Haro, Villalobos... Sus nombres no pasarán a la historia, a menudo ni aparecen en los papeles ni en las clasificac­iones, pero son tan indispensa­bles como el lazarillo para el ciego. Los copilotos son el 50% del éxito –y también del fracaso– de los coches en los raids y rallies. “Somos los ojos de los pilotos, los ojos a larga distancia; a corta ya miran ellos”, define la tarea del copiloto a Àlex Haro (Òdena, 1980), la otra pareja de Nani Roma, con 18 años de mili a la derecha del volante.

Haro, en su 5.º Dakar (el primero fue con Albert Llovera, en el 2015; con Nani, en el 2016), niega la teoría popular (perversa) según la cual los copilotos llevarían el sufijo co- porque no son buenos al volante. “¡No! Yo me hice copiloto porque inspiraba confianza a un amigo con quien empecé en los rallies haciendo de mecánico con 14 años, Josep Bassols”, confiesa Haro.

COCHES. 8.ª etapa “Me lo pidió, en el 2001, porque confiaba en mí. A mí me gustaba y la velocidad no me afectaba”, explica el del Anoia, que se dedica profesiona­lmente a hacer de copiloto desde el 2009, cuando empezó con Xevi Pons.

De lazarillo de piloto no lo puede hacer cualquiera. “Hace falta que no te afecte la velocidad dentro del coche, no marearte, ni tener miedo cuando te viene todo tan rápido”, desgrana Haro. “En segundo lugar, tener calma, saber transmitir seguridad al piloto en los momentos en que va rápido o lento. Puede atacar mucho sin darse cuenta y hay que saber calmarlo, y si está demasiado relajado, avivarlo”. Y, en tercer lugar, “hacerle un poco de psicólogo”. Además, claro, de “tener aptitudes de navegación. Todo eso junto te hace ser un buen copiloto”.

Otro aspecto indispensa­ble es tener una buena relación con el piloto, ya que forman un matrimonio, conviviend­o en un espacio tan reducido como una cabina durante 10 o 12 horas diarias, y después, en muchos casos, también en el motorhome, que Àlex y Nani comparten; 24 horas juntos, 10 días seguidos.

“Es muy intenso. Lo mejor es que respetamos mucho nuestras zonas de trabajo. Yo soy más desordenad­o en el motorhome, pero Nani me deja hacer. Tenemos buen feeling. Nos conocemos muy bien. En el 2015 entrenamos mucho tiempo junto, saliendo en bicicleta, para conectar bien. Ahora, sin hablarnos, ya sabes qué está pensando”. Lo mismo que dice Carlos Sainz de Lucas Cruz, su copiloto catalán. “El secreto de la buena relación y la convivenci­a es compenetra­rnos bien; no hace falta que hablemos para entenderno­s”.

Sin embargo, tanto roce no siempre hace el cariño. “Siempre hay momentos de tensión, pero lo arreglamos rápido. Intentamos que no duren más de 5 minutos, somos de buen talante”, dice Haro, que nunca sufrió una bronca como la mítica de François Delecour a su copi Dominique Savignoni por cantarle las notas tarde. “Dix fois trop tard!”.

“Para ser copiloto hace falta no marearte ni tener miedo; después, transmitir calma y saber navegar”

Clasificac­iones

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain