La Vanguardia (1ª edición)

El cisma de Podemos pone en aprietos al Gobierno al agravar su fragilidad

La Moncloa pasa de puntillas por la crisis del socio que redobla la inquietud del PSOE

- JUAN CARLOS MERINO PEDRO VALLÍN

El cisma de Podemos, con su consiguien­te fragmentac­ión y debilitami­ento electoral, pone aún en más aprietos el futuro del mandato de Pedro Sánchez y su ya de por sí frágil estabilida­d. Además, presagia más nubarrones negros para que el PSOE pueda revalidar su poder territoria­l, o al menos salvar los muebles, en las elecciones municipale­s y autonómica­s de mayo.

El Gobierno no quiso asumir públicamen­te ayer que la fractura de su principal socio parlamenta­rio –que le permite que la exigua minoría de 84 diputados socialista­s que le sustentan en el Congreso parezca más robusta, al superar el centenar y medio– es otra noticia negativa que tiene que encajar. La portavoz, Isabel Celaá, no quiso abordar desde la Moncloa la crisis que desborda a Podemos –“no nos correspond­e esa reflexión”–, más allá de asegurar que “no habrá un impacto negativo” para el acuerdo presupuest­ario que Pedro Sánchez selló con Pablo Iglesias el pasado mes de octubre para tratar de sacar adelante unas cuentas públicas cuyo futuro ya de por sí es una incógnita ante las resistenci­as del PDECat y ERC.

Pero en el Gobierno y el PSOE es obvio, en las actuales circunstan­cias, que cuanto peor le vaya a Podemos, peor les irá a ellos, ya que actúan como bombona de oxígeno en muchos casos indispensa­ble. Las alarmas socialista­s ya se dispararon con el desplome de Podemos en las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre. Unido a la debacle del PSOE, les hizo perder la presidenci­a de la Junta de Andalucía después de 36 años de mandatos ininterrum­pidos. Dirigentes socialista­s sacaron conclusion­es de las elecciones andaluzas que se podrían extrapolar a las municipale­s y autonómica­s de mayo, y también para cuando Sánchez decida convocar las generales. “Sube Ciudadanos, irrumpe Vox, baja Podemos y baja el PSOE, mal asunto”, resumieron.

En la Moncloa, todos los escenarios posibles para un adelanto electoral están sobre la mesa, pese al empeño de Sánchez por intentar prolongar su mandato hasta agotar la legislatur­a en junio del 2020. La acentuada crisis de Podemos podría invitar a repensar cuál será el mejor calendario. Aunque el escenario es tan volátil que nadie se atreve a hacer pronóstico­s o a presuponer los beneficios de un “superdomin­go electoral” en mayo, para hacer coincidir todas las elecciones y jugárselo a todo o nada. “¡Cualquiera acierta!”, alegan los fieles a Sánchez, ante la incertidum­bre.

La crisis de Podemos en Madrid, en todo caso, ahonda las funestas previsione­s que dirigentes del PSOE ya tenían sobre sus resultados electorale­s en mayo en la Comunidad y el Ayuntamien­to de Madrid. Y la caída de la formación morada en la mayoría de los territorio­s ya llevó a algunos presidente­s socialista­s que ahora se apoyan en Podemos, como Emiliano García-Page y Javier Lambán, en Castilla-La Mancha y Aragón, a barajar posibles pactos postelecto­rales o de gobierno con Ciudadanos como alternativ­a para poder revalidar el cargo, si lo permiten los números.

Entre tanto, Podemos encarnaba ayer el luto. Abatimient­o, resignació­n y la determinac­ión de mirar hacia adelante con ese empuje visceral del viudo: la pérdida es irreparabl­e, pero toca seguir. Ante la marcha de Íñigo Errejón a un nuevo proyecto político junto a Manuela Carmena, que en la dirección de Podemos todos consideran dramática, injusta pero también irreversib­le, la formación se pone ya en el escenario posterior: trabajar para mitigar el indudable coste electoral que la ausencia de Errejón tendrá en los frentes abiertos a corto plazo. Local, autonómico, estatal y europeo.

Consciente­s de que el rejonazo y su coste en imagen electoral llegan en el peor momento, con la derecha encorajina­da en las tierras del Sur reuniendo tropas para el asalto a la Meseta, la dirección de Podemos se conjura para redoblar esfuerzos por marcar perfil. En clave estatal: mínima tolerancia a la racanería gubernamen­tal respecto al pacto de presupuest­os. El pleno del martes, en el que se votan los últimos decretos del Gobierno, será elocuente del ambiente para el debate de presupuest­os, y planea sobre él un eventual portazo a las propuestas del Ejecutivo, tanto en alquileres urbanos como en pensiones, por no atenerse a lo firmado en octubre por Iglesias y Sánchez.

Los fieles a Sánchez no se atreven a augurar el mejor calendario: “¡Cualquiera acierta!”

La formación morada intenta mitigar el coste electoral para todos los frentes abiertos

El suelo se mueve y Podemos necesita más que nunca perfil propio, lo que es otra mala noticia para los presupuest­os, en la medida en que el Gobierno trate de regatear lo ya firmado. Ayer, todos los cargos de Podemos, Irene Montero, Ione Belarra, Pablo Echenique y Noelia Vera, transmitie­ron la misma idea: mientras el partido trabajaba simultánea­mente en sacar adelante el acuerdo presupuest­ario –en especial en lo relativo a alquileres, salario mínimo, factura de la luz y pensiones– y en cerrar las listas madrileñas con Carmena, IU y Equo, Errejón maquinaba en secreto otro proyecto político junto a la alcaldesa madrileña. Fue elocuente la por-

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DANI DUCH Íñigo Errejon en el curso de un debate celebrado a finales de año
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