...y puede ser instalado en una lanzadera móvil. Todo incumple el tratado INF
en ciertos sectores, especialmente con énfasis en aspectos humanitarios. El propio anfitrión de la cumbre, el ministro polaco de Exteriores, Jacek Czaputowicz, afirmó en conferencia de prensa que Polonia acepta el acuerdo y lo considera “un elemento valioso”.
Precisamente ayer la Comisión Europea se alejaba aún más de las posiciones de Washington al incluir a Arabia Saudí –el gran rival regional de Irán– en una lista negra de países que no controlan la financiación del terrorismo ni el lavado de dinero. La lista implica a 23 países, después de que fuera renovada a finales de enero, e incluía ya a Irán. La iniciativa, que inquietó a los más estrechos socios comerciales y Mijaíl Gorbachov, supuso la eliminación de una categoría de armas, los misiles basados en tierra con alcance entre 500 y 5.500 kilómetros. El problema es que actualmente no interesa a ninguno de los firmantes, Washington y Moscú, que comprueban que sólo les obliga a ellos, mientras otras potencias, como China, no tienen limitación.
Las primeras acusaciones de violar el acuerdo con el desarrollo del misil SCC8, que los rusos llaman Novator 9M729, llegaron durante la administración Obama. Trump las heredó y las elevó al cuadrado hasta llegar a denunciar el tratado a principios de mes. Se abrió un período de seis meses desde la denuncia hasta que se haga efectiva en agosto, pero nadie cuenta con que sirva para salvarlo. Los europeos, que lo consideran una parte esencial de la arquitectura de seguridad del continente, temen su desaparición, pero incluso con estos miedos están dado un apoyo rotundo a Washington.
Los recuerdos de la crisis de los euromisiles en los setenta y los ochenta vuelven con fuerza en estos días, tanto por el riesgo que supone la desaparición del tratado INF, como porque se abre la vía para poner en cuestión otros tratados de limitación de armamento nuclear, como el nuevo START (Strategic Arms Reduction Treaty) que debería renovarse en el 2021. del reino saudí en Europa, se entiende como una consecuencia del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul.
El presidente iraní, Hasan Rohani, aseguró ayer que Teherán negociará con cualquier país que quiera hablar de un tema específico siempre y cuando se respeten las leyes y la gente de Irán. “Pero no aceptaremos presión, fuerza y el pisoteo de nuestros derechos”, advirtió.
Rohani tiene programado viajar hoy a Sochi (Rusia), donde se reunirá con Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan en el marco de las negociaciones de Astaná que se llevan cabo para buscar el fin de la guerra de Siria.