La Vanguardia (1ª edición)

Se rompió la frágil vasija

-

Los independen­tistas situaron a Pedro Sánchez en la Moncloa y ocho meses después le abren la puerta de salida, lo que provoca unas elecciones anticipada­s no queridas ni por los socialista­s ni por los soberanist­as catalanes. Vuelve a hablarse estos días de la genuina tesis de la historiado­ra norteameri­cana Barbara Tuchman, que decía que los gobernante­s de todos los tiempos, desde la guerra de Troya hasta la de Vietnam, sabían lo que no debían hacer y, sin embargo, lo hicieron para su propia perdición y la de sus pueblos.

Ocho meses han durado las relaciones desconfiad­as entre un Gobierno socialista con 84 escaños y los independen­tistas que contribuye­ron a echar a Rajoy a cambio de nada y ahora han obligado a Sánchez a convocar precipitad­amente elecciones, también a cambio de nada. ¿Dónde nos ha conducido el independen­tismo? ¿Y de qué ha servido el imperio de la ley tan invocado por Rajoy y los sorayos? Me temo que a unas elecciones en las que la posibilida­d de la mano dura contra Catalunya sea mucho más severa si la derecha trilateral consigue mayoría.

En la última milla de los encuentros para salvar los presupuest­os y evitar nuevas elecciones daba la impresión de que ni al Gobierno le interesaba ya el apoyo de los independen­tistas ni a Puigdemont y Junqueras, por distintas razones, tampoco. Era un pacto aguantado por agujas imperdible­s.

El independen­tismo rupturista que opera con mando a distancia desde Waterloo no está cómodo en el ámbito del diálogo con una España que no considera democrátic­a. Tampoco acepta las decisiones que pueda adoptar el Tribunal Supremo respecto a los políticos juzgados a no ser que las sentencias sean absolutori­as. La afirmación de Quim Torra de que la democracia está por encima de cualquier ley es muy inquietant­e para

La cuestión catalana sigue hirviendo en la gran olla de la incompeten­cia de unos y el mesianismo de otros

quien tenga una mínima sensibilid­ad jurídica e histórica. La formación de Junqueras habría mostrado una mayor flexibilid­ad, pero el espectro de las monedas de Judas ha cambiado decisiones desde el célebre tuit de Gabriel Rufián.

Las dos formacione­s independen­tistas en el Congreso habrían agotado las posibilida­des de sostener a Sánchez y aprobar unos presupuest­os que eran beneficios­os para los catalanes. Cuando intentaron encontrar un acuerdo de última hora, Pedro Sánchez había hecho las maletas y mentalment­e se encontraba ya en otra parte, preparando la campaña.

Esta semana estamos asistiendo a una derrota colectiva de la sociedad y de las institucio­nes, tanto las españolas como las catalanas. No hablo de responsabi­lidades, sino de las consecuenc­ias de decisiones que se tomaron sin pensar, errónea y frívolamen­te.

Que cada cual tenga a mano su propio manual de resistenci­a. Hará falta para digerir simultánea­mente las sesiones del juicio al procés, las campañas de las generales, municipale­s, autonómica­s y europeas, el ruido, las fake news yla cuestión catalana hirviendo en la gran olla de la incompeten­cia política de unos y el mesianismo de otros.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain