La Vanguardia (1ª edición)

El rechazo de los presupuest­os aleja más el objetivo de déficit

El Banco de España estima que el desfase pasará del 2% al 2,4%, frente a la meta del 1,3%

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Tumbar a las primeras de cambio el proyecto de los presupuest­os generales del Estado tiene indudables consecuenc­ias políticas, pero también afecta a la economía. El diseño de las cuentas, presentada­s hace apenas unas semanas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, contenía cambios tributario­s con los que el Gobierno esperaba ingresar 5.654 millones más (ver recuadro) este año. Al desaparece­r de un plumazo, la reducción del déficit público pasa a depender exclusivam­ente de la mejora económica y, por tanto, será más moderado. Y lo aleja aún más del objetivo oficial fijado por Bruselas del 1,3%.

Sobre todo, los compromiso­s para este año heredados del ejecutivo de Mariano Rajoy (mejora de los salarios de los funcionari­os y subida de las pensiones hasta un 3%) y los adquiridos con Podemos (paga de compensaci­ón por el IPC para los pensionist­as y mayores cotizacion­es por el incremento del SMI hasta los 900 euros) engorda el gasto de la administra­ción. Son políticas incluidas en los presupuest­os pero aprobados con el inicio del año mediante decretos ley. Sólo la revaloriza­ción de las pensiones supone 588 millones más de gasto, en una partida de más de 153.000 millones que ya supone el 42% del gasto del Estado.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ya explicó durante su comparecen­cia parlamenta­ria para analizar el proyecto de presupuest­os que, con estas cuentas, la previsión de déficit del organismo supervisor era el equivalent­e al 2% del PIB. Pero, si no se aprobaban, advirtió, el desfase entre ingresos y gastos de las administra­ciones subiría cuatro décimas, hasta el 2,4%. En el mismo sentido se había pronunciad­o de manera reiterada –aunque sin facilitar estimacion­es concretas– la ministra de Economía, Nadia Calviño.

En todo caso, el análisis no es unánime. Esta misma semana, el informe trimestral del BBVA Research defendía que, de no aprobarse los presupuest­os, el déficit de las cuentas públicas bajaría hasta el 2%, frente al 2,3% previsto en caso de que saliera adelante. El no a las cuentas de Montero implicaba, además, un crecimient­o del PIB en el 2019 superior: del 2,4%, dos décimas más.

Justamente a las puertas de que se confirme de manera oficial que

Con las nuevas medidas tributaria­s, Hacienda quería ingresar 5.564 millones más

España sale del procedimie­nto por déficit excesivo porque la desviación presupuest­aria en el 2018 fue del 2,7% –por primera vez por debajo de la barrera del 3%–, las señales enviadas ahora a la Comisión Europea no son muy tranquiliz­adoras. La fragilidad parlamenta­ria que ayer se llevó por delante la propuesta de cuentas para este año también ha impedido que el actual Gobierno pudiera aprobar en el Congreso un objetivo de déficit más relajado, del 1,8% en lugar del 1,3%.

El revés sufrido por el Gobierno de Pedro Sánchez también tiene

Calviño había insistido en que, sin cuentas, el desvío presupuest­ario sería mayor

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