Yo soy yo y mis limitaciones
Acaban de robarle el móvil a Rocío Vidal, justo antes de presentar Machistadas. Situaciones reales, micromachismos y vergüenza ajena, publicado por Plan B. Se lo toma con humor; no en vano colabora en El Jueves. También forma parte del consejo de redacción de Sextories. El editor Gonzalo Eltesch anima al público a comprar muchos libros para subvencionarle un teléfono nuevo. En La Llama Store hay tanta gente que lo veo factible. Acompaña a la autora Maribel Carod, también humorista gráfica e ilustradora. Vayamos por partes: ¿qué son las machistadas?
Serían conductas cuñadistas y tóxicas, tan integradas que ni nos fijamos. Por ejemplo, cuando una mujer paga la cuenta en un restaurante, ese que exclama: “¡Qué suerte tiene tu marido!”. O el tontolaba que se cree muy listo al decir: “Soy bisexual, me gusta montármelo con dos tías”. La idea de retratarlos surgió del acoso que Vidal aguantaba en las redes, donde los trolls argüían (ejem) que si hace este tipo de historietas es porque es una gorda feminazi y nadie la quiere. “¡Yo sí te quiero, Rocío!”, grita uno en el público. Además, parece que una mujer sólo pueda dibujar cosas delicadas, cuando su trazo es agresivo y su erotismo, gamberro. ¿Por qué no exagerar mediante la ficción? Y advierte: “Las palabrotas son como los chistes, hay que controlar el contexto. No te meterás en un geriátrico y dirás: buenas tardes, hijos de la gran...”. Y Carod: “Pero al ladrón del móvil sí se lo dirías”. Y Vidal: “Ahí la violencia gráfica se quedaría corta, y la ficción también”. Carod concluye que tal vez el ladrón sea uno de los que le hacen comentarios chungos en internet.
Luego le pregunta quién le gustaría que leyera el libro. No duda. Santiago Abascal: “Si salgo en un mitin de Vox, lo peto; las redes ardiendo, Podemos dando ruedas de prensa a favor de la libertad de expresión...”. Darío Adanti ya lo tiene, y Vidal leería lo que le escribió, pero claro, el mensaje está en el móvil. Snif. Ignatius Farray gritaría: ¡Patriarcado! Y Susanna Griso: “Tú quieres culpabilizar a los hombres”. Cuando piensa en Arturo Pérez Reverte, piensa en Muchachada Nui, “hay gente que debería pasar el psicotécnico de Twitter”.
A Vidal le gustan las slice of life, historias comunes sobre uno mismo y sus limitaciones con las que tantos jóvenes se sienten identificapinosa dos. Es lo de: yo escribo sobre mí y tú sientes que escribo sobre ti. Que probablemente será una marca de la editorial Temas de Hoy en su nueva etapa, dirigida por Marcel Ventura, y cuya primera presentación en la Fnac de l’Illa fue un éxito total. Hubo cola para escuchar a Amalia Andrade y Alfred García de OT hablando de la ansiedad, protagonista de Cosas que piensas mientras te muerdes las uñas, de la autora de Uno siempre cambia al amor de su vida (por otro amor o por otra vida).
La ansiedad es el gran mal de los millennials, como se comprueba al preguntar Andrade cuántos de los presentes toman benzodiazepinas. Varias manos alzadas. Rondan los treinta años. El miedo de los miedos sigue siendo tabú, aunque cada vez menos. García relata su primer ataque de pánico. Estaba en la playa celebrando su cumpleaños con unos amigos; estudiaba dos carreras a la vez, un primo suyo había muerto. Se tomó un par de cervezas y su cabeza hizo bum. A partir de entonces, cambió su percepción de todo. “¿Seguro que no te metieron nada en la bebida?”, bromea Andrade. Él tomó ultraconciencia de lo que le rodeaba. Leyó libros de autosuperación, de Pau Donés, de Albert Es- (chatean por WhatsApp, pero no han quedado, esperan a que el destino les haga coincidir). Presentarse al casting de OT fue un reto.
Dice que ha tenido a Beyoncé aquí mismo. Y a Andrade casi le da algo. Está segura de que, como todos los autoexigentes, ella también tendrá algún tipo de ansiedad. “Si tenemos ansiedad es porque no somos psicópatas, eso me alivia”, resuelve. Vidal y Andrade se exponen en sus libros. Marc Artigau, por su parte, niega ser el protagonista de La vigília, novela con la que ganó el Josep Pla y publicada por Destino. Aunque, como él, escriba cuentos para la radio y su jefe sea un híbrido de Pere Escobar y Jordi Basté.
Se lo cuenta a Xavi Bundó en la Casa del Libro, tras descubrir ambos que nacieron en agosto de 1984. Ignoran si son jóvenes o no. Hablan sobre la imposibilidad de revivir la realidad tal y como fue; siempre volvemos al recuerdo de la última vez. Artigau confiesa. A veces se imagina cómo habría sido su vida siendo mujer, que era lo que querían sus padres. Por lo visto, su hermano mayor estaba en la discoteca de Mollerussa Big Ben cuando supo que había nacido, y exhaló un profundo “pfffff”. Más confesiones: no le gusta devolver los libros que le prestan, hace cuatro años que debe uno de Katherine Mansfield a la biblioteca, y quiso titular su novela La dona cocodril. Pero la editora Glòria Gasch le recomendó que buscara otro con esa fórmula tan sutil del: “Està bé, però donem-li més voltes”. Ah, y una oyente “alegre y optimista”, envió un e-mail a Rac1 para quejarse de que los cuentos de Artigau en El Món –mientras soportaba la caravana de matinal–, la deprimían. O sea, la realidad de guerras, conflictos políticos y crisis económicas, eso lo digería bien. Lo otro, no. El poder de la ficción.
El editor Gonzalo Eltesch, Rocío Vidal y Maribel Carod, en la presentación del libro en La Llama Store. A la autora le gustaría que se lo leyera Santiago Abascal
Hubo cola para escuchar a Amalia Andrade y Alfred García de OT, hablando de ansiedad. Andrade es la autora de Cosas que piensas mientras te muerdes las uñas
Xavier Bundó presentó el libro de Marc Artigau en La casa del Libro. El autor negó ser el protagonista de la novela con la que ganó el premio Josep Pla
Las ‘machistadas’ serían conductas cuñadistas y tóxicas, tan integradas que ni nos fijamos