Cultura corta la sangría de la SGAE
Guirao pide intervenir la gran gestora de derechos de autor
Los escándalos en la SGAE, conocida ya en medios periodísticos como “la cueva de Alí Babá”, ya habían agotado la paciencia del Ministerio de Cultura. Ahora también han agotado los plazos que el departamento dirigido por José Guirao había dado a sus responsables para que pusieran la casa en orden. Por eso Cultura anunció ayer la solicitud ante la Audiencia Nacional de la intervención cautelar por seis meses de la Sociedad General de Autores, entidad más importante de España en la gestión de derechos de autor y epicentro de mil y una corruptelas que hoy motivan dos grandes procedimientos penales por desvío de fondos.
La solicitud de intervención judicial incluye la petición al juez de
El ministerio solicitó una intervención judicial de la entidad por seis meses
que suspenda de sus cargos a los directivos de la entidad, encabezados por el gaitero asturiano Ángel Hevia, y los sustituya por una comisión interina. Este órgano provisional estaría a cargo del subsecretario de Cultura, Javier García Fernández, más una subdirectora general del Ministerio de Hacienda y un abogado de un bufete privado de Madrid que es un juez de lo Mercantil en excedencia y está especializado en el asunto, indicó el propio ministro.
Las razones de la intervención están en los “graves” incumplimientos de la SGAE en cuanto a la adaptación de sus estatutos a la nueva normativa de la propiedad intelectual, conforme a la directiva europea en la materia, y en especial respecto a las bases para el reparto de los derechos entre socios.
Y es que la distribución de las remuneraciones por derechos de autor se caracteriza por enormes e insostenibles “desproporciones”. El ejemplo más claro, como indicaba ayer Guirao, está en el reparto de retribuciones por reproducción de piezas musicales en televisión. El 60% de ellas, según el ministro, se concentra en emisiones de dos a seis de la madrugada” que, por tanto, casi nadie ve ni escucha. Y ése es precisamente el núcleo del escándalo de la rueda, por el que la policía detuvo a 18 personas hace año y medio.
El pufo consiste en la generación artificial y cobro fraudulento de derechos de autor a partir de música basura que el espectador apenas puede oír, no sólo por el horario sino por el volumen inaudible de las emisiones. A menudo se trata de piezas musicales resultantes de pequeños arreglos de obras clásicas. Por este procedimiento se malversaron supuestamente 100 millones de euros a lo largo de cinco años, del 2006 al 2011. Una cifra altísima teniendo en cuenta que la SGAE recauda anualmente la también respetable cantidad de entre 250 y 300
El desvío de fondos ha motivado dos grandes procedimientos penales por ahora