Los fiscales se turnan en la vista
La Fiscalía estuvo representada ayer en el juicio del caso 1-O por dos fiscales que se estrenaban en la vista oral. Fueron Jaime Moreno y Consuelo Madrigal, ambos fiscales del Supremo (TS), y, en el caso de la segunda, ex fiscal general del Estado. Ambos sustituyeron a Javier Zaragoza y Fidel Cadena, quienes intervinieron la primera semana del juicio, siguiendo así una pauta de turnos que ya pusieron en marcha durante la instrucción de la causa, sucediéndose en los interrogatorios. Este equipo de cuatro fiscales quedó formado desde el inicio de esta causa penal, cuando el entonces fiscal general, José Manuel Maza, ordenó presentar una querella por el delito de rebelión y malversación contra los exmiembros del Govern. Los cuatro fiscales han mantenido invariada desde entonces la tesis de la rebelión, por estimar que se ejerció violencia. En la primera sesión, Cadena habló en este sentido de “muros humanos” lanzados contra las fuerzas de seguridad en la jornada del referéndum. cedentes peligrosos. “Soy de Òmnium desde hace muchos años –contestó– y de organizaciones no gubernamentales y del RACC”, entre otras entidades que le permitieron ofrecer una panorámica de la riqueza del tejido asociativo en Catalunya.
Con Romeva no hubo caso, porque la Fiscalía no se estrenó. A preguntas de su defensa –ejercida por el letrado Andreu Van den Eynde– el exconseller de Exteriors dio de sí el retrato del profesor universitario venido a la política y convertido al independentismo –“antes creí en un Estado confederal”, dijo– a lomos de los acontecimientos. La historia que Turull y Romeva le contaron al tribunal fue, en este sentido, la crónica de un desengaño, el causado por un Estado que