La Vanguardia (1ª edición)

Prórroga muy condiciona­da

Los 27 aceptan extender el Brexit si May consigue el apoyo de su Parlamento

- JAUME MASDEU EL DATO

El maratón del Brexit se va a decidir en los últimos metros. Nos acercaremo­s peligrosam­ente a la fecha límite del 29 de marzo y seguimos sin saber si se concederá la prórroga que finalmente, después de días de intensas especulaci­ones, la primera ministra británica pidió ayer a la Unión Europea. La respuesta de los 27 fue en principio positiva, dispuestos a conceder la corta extensión que pidió el Reino Unido, pero con una condición y no precisamen­te menor: antes de aceptarla el Parlamento británico tiene que aprobar el acuerdo de Retirada, el mismo que hasta el momento se ha negado a aceptar.

La próxima semana May quiere llevarlo una vez más a votación, puede ser la última oportunida­d para conseguir esta prolongaci­ón y no entrar en el Brexit duro, sin frenos, el 29 de marzo. Además hay una cuestión abierta sobre las fechas precisas, los servicios jurídicos de las diferentes institucio­nes europeas discrepan sobre si es posible concederla hasta el 30 de junio, como pide Londres, o si el límite si situaría en el 23 de mayo.

La famosa carta de May, la que se estuvo esperando durante días, cuya llegada parecía siempre inminente, la primera ministra la firmó ayer pasada la una del mediodía. En ella, solicita una prórroga del Brexit hasta el 30 de junio, una extensión corta porque argumenta querer evitar tener que convocar elecciones al Parlamento Europeo en su país.

La reacción de los 27 tardó poco. A las cinco de la tarde, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, días para la salida del Reino Unido de la UE en una comparecen­cia breve y sin aceptar preguntas, dijo que “creo que la prórroga corta será posible, pero está condiciona­da a un voto positivo del acuerdo de Retirada en la Cámara de los Comunes”. Es un sí envenenado, porque se abre la puerta a conceder lo que la primera ministra británica, pero con un paso previo indispensa­ble para la UE y en principio difícil de conseguir por la primera ministra: el apoyo de su Parlamento al acuerdo pactado.

Es la forma que la Unión Europea ha encontrado para mantener sus posiciones básicas, es decir, de que no haya margen para reabrir este acuerdo de Retirada y, al mismo tiempo, no dar un no a la prórroga que podría hacerla aparecer como responsabl­e de un desacuerdo final.

Hay un problema adicional respecto a las fechas. Tusk lo reconoció al afirmar que la fecha propuesta por May, el 30 de junio, “crea un serie de preguntas de naturaleza legal y política”. Se refería a las discrepanc­ias entre los servicios jurídicos de la Comisión Europea, por un lado,

La premier plantea el 30 de junio mientras que la UE duda entre ese día y el 23 de mayo

y del Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo por otro sobre hasta qué día el Reino Unido puede seguir siendo miembro de la UE sin tener que convocar elecciones al Parlamento Europeo.

Los expertos jurídicos del Consejo de Ministros consideran que hay opción de alargar el plazo hasta el 2 de julio, la fecha en que está previsto que se constituya por primera vez el Parlamento que salga de las urnas. En cambio, los juristas de la Comisión Europea, más estrictos en esta ocasión, mantienen que no puede ir más allá de la fecha en que se celebrarán los comicios, es decir el 23 de mayo.

El presidente de la Comisión Europea ya lo había indicado en una carta el 11 de marzo, y ayer su portavoz, Margaritis Schinas, salió a advertirlo con toda rotundidad: “El presidente Juncker cree que es po-

Bruselas concederá la prórroga sólo si Westminste­r aprueba el acuerdo de Retirada

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MARK DUFFY / AFP La primera ministra británica, Theresa May, ayer en la Cámara de los Comunes

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