Torra sabía desde hace nueve días que el Síndic recomendaba quitar los lazos
28-A El Govern estudia alternativas para sustituir los símbolos que rechaza la JEC
El president Quim Torra condicionó esta semana su decisión sobre la retirada de los lazos amarillos y estelades de los edificios públicos dependientes de la Generalitat a un informe del Síndic de Greuges consciente de que Rafael Ribó era partidario de quitarlos.
Cuando este martes en la reunión del Consell Executiu el president trasladó a los consellers que se sometería a las recomendaciones del Síndic sobre la orden de la Junta Electoral Central (JEC) ya disponía de un informe al respecto. Porque la resolución de Ribó llevaba hecha desde el viernes 15 de marzo y tanto Torra como el Departament de Presidència la tenían en sus manos negro sobre blanco.
El president conocía el posicionamiento de Ribó incluso antes. El día 12 de marzo, 24 horas después de que los árbitros electorales comunicaran su requerimiento sobre la retirada de simbología partidista, Torra y Ribó se vieron para abordar diversos asuntos y, durante la conversación, el Síndic explicó a Torra que se inclinaba por acatar la orden de la JEC. Un extremo que confirmó el mismo president anoche a través de un comunicado.
Así, hace nueve días Ribó ya explicó al president que pensaba elaborar una resolución, a iniciativa propia, para analizar la prohibición de lazos y estelades y que abogaba por aceptarla. La información llegó por escrito a manos del president el día 15. En ella el Síndic recomienda al Govern cumplir la orden de los jueces y dejar de exhibir simbología independentista durante el periodo de elecciones.
Tras conocer el informe tanto Torra como su equipo en Presidència solicitaron aclaraciones sobre el periodo concreto en el Ribó sugería quitar lazos y estelades, los edificios públicos afectados y la exhibición de estos símbolos por parte de trabajadores de la Generalitat. En este último caso, la Sindicatura de Greuges señaló que los funcionarios, de forma individual, sí pueden mostrar esta simbología. Dudas que el Síndic respondió ayer mismo, reiterando su recomendación del día 15 de marzo.
“El Síndic coincide en este caso con el argumentario de la JEC y apela a la necesidad excepcional de preservar escrupulosamente la neutralidad ideológica de los poderes públicos durante el periodo electoral”, señaló Ribó ayer en un comunicado. Los lazos amarillos y las estelades deberían dejar de mostrarse en las fachadas de los edificios de la Generalitat desde la convocatoria de elecciones hasta el día de las votaciones. Según apuntó Ribó en su comparecencia de este miércoles, esto incluiría el periodo de las elecciones europeas. Por tanto, su recomendación de retirar simbología independentista se extendería hasta después del 26 de mayo.
El president se comprometió de nuevo ayer a través de una nota pública a seguir las sugerencias de la Sindicatura de Greuges, es decir, a obedecer a la Junta Electoral y quitar los símbolos que esta rechaza. Aun así, subrayó que no “da ni dará orden alguna como le había exigido” la JEC, intentando demostrar que se resiste y que no acata el requerimiento a la primera de cambio, sino tras dar la batalla y previa consulta a una institución catalana.
El Govern estudia ahora diferentes opciones para sustituir los lazos amarillos y demás carteles por otros símbolos que recuerden a los líderes independentisque
El president acatará la orden de la Junta Electoral y retirará los carteles
Ribó apela a la necesidad de preservar la neutralidad en periodo electoral