El PNV rompe su alianza europea con el PDECat por Puigdemont
El partido vasco no ve cómo encajar en su estrategia la radicalidad del expresident
Solo faltaba el día para la firma del divorcio. El PNV confirmó ayer un secreto a voces y anunció que no reeditará la coalición para las elecciones europeas con el PDECat, un movimiento que estaba cantado desde que el expresident Carles Puigdemont fue presentado como cabeza de lista de los posconvergentes para el 26-M.
La decisión, que rompe 15 años de alianza, fue suavizada con el anuncio de una “colaboración postelectoral conjunta” para defender a Euskadi y Catalunya en Bruselas. La estrategia de internacionalización del procés y la imposición en la lista de candidatos del sector del expresident eran escollos insalvables para el PNV, abrazado a una política de gestión, estabilidad y moderación en la que el discurso radical de Puigdemont no tenía acomodo posible. La formación vasca afirmó de todas formas en un comunicado que “entiende, respeta y acepta que la situación lleve al PDECat a la conformación de una candidatura exclusivamente catalanista”, lo que, admitió su presidente, Andoni Ortuzar, hacía “difícil casar las aspiraciones” entre fuerzas.
De hecho, en el entorno de Puigdemont se defendía que la alianza con el nacionalismo vasco no aportaba valor político ni electoral a su candidatura. Es más, incluso se argumentaba la conveniencia de presentar la de Junts per Catalunya como la única candidatura estrictamente catalana e independentista, ya que ERC ha cerrado una alianza con Bildu y el BNG que lleva por nombre Ahora Repúblicas con Oriol Junqueras como candidato.
La reedición del acuerdo se fue al traste por completo el 10 de marzo. La elección del expresident para encabezar la lista a la Eurocámara supuso la derrota del sector moderado del PDECat, con el que los jeltzales mantienen una comunicación fluida. Con Puigdemont, en cambio, la relación es nula desde que éste declarara la DUI contra el criterio del lehendakari, Iñigo Urkullu.
Si quedaba algún resquicio para el pacto, este saltó por los aires unos días después, cuando Puigdemont insinuó que el presidente vasco mintió en su declaración ante el Tribunal Supremo en el juicio del 1-O, una carga de fondo que sentó fatal en Sabin Etxea. Gobierno vasco y PNV respondieron en bloque y se remitieron al dossier de más de 400 folios del lehendakari que “acredita en su integridad” el testimonio dado, una carpeta depositada en tres entidades –el Archivo Histórico de Euskadi, la Fundación Sabino Arana y el monasterio de Poblet– con la instrucción de que se haga pública una vez se conozca la sentencia. También Puigdemont ha anunciado que hará pública su versión de los hechos tras el fallo del Supremo.
A pesar del enfado, los jeltzales han querido evitar una ruptura traumática y por ello presentaron ayer un acuerdo de colaboración en Bruselas para la defensa de los intereses de ambos territorios y la “búsqueda de soluciones al problema no resuelto del encaje de Euskadi y Catalunya tanto en el marco del Estado español como en la Unión Europea”. El PDECat, en un escueto comunicado, destacó este pacto y reivindicó la figura de Puigdemont como “la mejor persona para encabezar” la candidatura. El presidente del partido, David Bonvehí, avanzó la noche del miércoles la nueva relación en el consell nacional del PDECat.
A pesar de la designación de Puigdemont como cabeza de lista europeo, el PDECat retomará el proceso de primarias para intentar completar la lista, aunque la experiencia dice que el número dos lo acabará decidiendo el expresident.
El PNV, que cerrará en los próximos días un acuerdo electoral con Coalición Canaria y Compromiso por Galicia, miembros de la alianza en los comicios anteriores, resta importancia numérica a la pérdida del apoyo catalán y confía en mantener el escaño de Izaskun Bilbao espoleado por el empuje de las municipales y forales que se celebran el mismo 26 de mayo.
Para suavizar la ruptura, tras 15 años de concurrir juntos, ambas fuerzas sellan un pacto de apoyo postelectoral