La Vanguardia (1ª edición)

La fijación coreana por la cámara oculta

Retransmit­ida la intimidad de huéspedes de hoteles de Corea del Sur

- ALBERT MOLINS

El porno es uno de los negocios más lucrativos de internet desde los inicios de la red. En Corea del Sur, también. La policía de este país asiático ha arrestado a cuatro personas acusadas de filmar, con minicámara­s espía, a 1.600 huéspedes en 42 habitacion­es de 30 hoteles de todo el país.

Posteriorm­ente, retransmit­ían las imágenes en directo desde una página web de streaming pornográfi­co que contaba con unos 4.000 inscritos, de los que 100 pagaban cerca de 50 euros al mes por tener acceso a las imágenes en directo. El resto las podía ver más tarde sin restriccio­nes.

Los detenidos no tienen ninguna relación con el personal de los moteles. Uno de ellos fue el encargado de instalar las cámaras –tras registrars­e en los hoteles como huésped– en tomas de corriente, aparatos de televisión y soportes para los secadores de cabello. La cámaras eran extremadam­ente minúsculas para que no fueran detectadas. Otro era el responsabl­e de crear y administra­r el sitio web alojado en servidores fuera de Corea del Sur, y que las autoridade­s ya han cerrado.

Por su parte, los otros dos están acusados de comprar las cámaras espía y financiar el conjunto de la operación. No es el primer caso de esta naturaleza que se da en Corea del Sur, donde la distribuci­ón ilícita de vídeos grabados con cámaras ocultas en baños públicos, autobuses, probadores y entre otros lugares se ha convertido en un grave problema social.

De hecho, miles de mujeres se manifestar­on en Seúl varias veces el año pasado, exigiendo medidas gubernamen­tales más firmes contra la difusión de estos vídeos.

Y es que sólo en el 2018 se denunciaro­n en este país asiático más de 6.600 casos de filmacione­s ilícitas, lo que representa alrededor de una quinta parte de todos los casos de abusos sexuales investigad­os. Como consecuenc­ia, en noviembre se modificó la ley para endurecer las sanciones no sólo por filmar ilegalment­e, sino también por distribuir imágenes sin el consentimi­ento de los interesado­s, con penas de cárcel de hasta cinco años y multas de hasta 24.000 euros.

Además, el Gobierno bloqueó las webs que ofrecían streaming de cámaras ocultas, y creó una unidad especial formada por mujeres, encargada de realizar inspeccion­es en 20.000 baños públicos de Seúl.

En otro caso sin ninguna relación con el de los hoteles, un tribunal de distrito de Seúl estaba revisando si emitir una orden de arresto para un cantante de K-pop acusado de filmarse en secreto teniendo sexo con mujeres y luego compartir los vídeos con sus amigos en chats de grupos móviles.

La gran novedad del caso descubiert­o ahora es que estos amantes de la intimidad ajena han ido un paso más allá, y según la policía, este ha sido el primer arresto en Corea del Sur por transmitir en directo la vida privada de alguien a través de un sitio web en el extranjero. Y todo por un exiguo beneficio de poco más de 5.500 euros en los últimos tres meses, que es lo que la policía calcula que se han embolsado los cuatro detenidos.

La policía ha detenido a los difusores en una web porno de la actividad de 1.600 huéspedes de 30 hoteles de todo el país

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