E que es actor
Entado hacer carrera en Hollywood
Sergi López empezó en el mundo del cine algo tarde, a los
le cambió la vida “sobre todo por los complejos con los cuales llegué: sin hablar francés, siendo sólo gracioso y sólo habiendo interpretado Els Pastorets y la obra teatral Brams o la komedia de los herrores con Toni Albà. Pensaba entonces que los actores debían de ser gente culta, que ha leído, que sabe quién es Baudelaire, Molière y Shakespeare. Creí que tarde o temprano me descubrirían, y que me echarían y dirían que volviera a mi casa a hacer la vendimia o a trabajar de mecánico”. El director francés Manuel Poirier fue quién le descubrió. Confiesa que no se fue a Francia para triunfar y después regresar: “Fui a París porque había esta escuela allí de la cual me había hablado Toni Albà, pero si hubiera estado en Granollers habría ido a Granollers. Allí tuve la gran suerte de encontrar a Poirier, que acababa de escribir su primer guion y buscaba un tío de 24 años con acento español... y le cuadré. Hago la primera peli y vuelvo a casa sin decir a nadie que estaba haciendo cine. Para la segunda peli Poirier me vuelve a llamar, y para la tercera y la cuarta”. Y la quinta fue Western, que en 1997 cosechó el premio del jurado del Festival de Cannes. Hoy ve al cine catalán “jodido”, a pesar de contar con muchos profesionales de gran talento.
Afirma ser “muy feliz”. Cuatro años después de separarse de la madre de sus hijos, Juna y Magí, no tiene dudas de que el amor es más importante que el teatro y el cine, ya que “hace que no te sientas solo, y es lo único que hace que el viaje colectivo tenga un sentido”. Nacido en Vilanova i la Geltrú el 22 de diciembre de 1965, dice que la capital del Garraf “te permite quererla y decir, a la vez, que es un pueblo de mala muerte. Es un tipo de amor ligado a la sátira, a la ironía y a reírte de ti mismo. Quizás también me volvería loco si estuviera un año seguido sin salir de Vilanova”. A menudo se le puede ver en su “segundo despacho”, el céntrico bar La Carpeta Moderna.